Después de un estreno tan prometedor como el que protagonizó España ante Rusia (4-1), lo lógico sería que la calma se hubiera instalado en la concentración de la selección en Neustift. Tampoco se trata de regresar al estado de euforia que tantas veces ha vivido el fútbol español antes del habitual batacazo de cada cita, pero el resultado del debut hacía presagiar una plácida resaca. Pues no. Un detalle ha vuelto a encender la polémica. Fernando Torres no encajó bien la sustitución. Lanzó con rabia la sudadera en el banquillo y negó el saludo a Luis Aragonés. El seleccionador perdona, pero no olvida. Ayer le pegó un toque de atención. No quiere que nada perturbe el buen ambiente. Ya tuvo suficiente con Raúl en el último Mundial.

Creía el técnico que sin el capitán del Madrid se acabarían los problemas internos, pero pronto se ha dado cuenta de que no será así. La alegría de la goleada ante Rusia se vio rápidamente salpicada por el encontronazo con Torres, con quien se reunió para zanjar el tema con contundencia. En una selección con una mentalidad tan frágil cualquier conflicto se convierte en una montaña y Luis no está dispuesto a mirar a otro lado.

LA SUSTITUCION Al técnico no le gustó nada el gesto de su jugador. "Es un tema interno que no se puede explicar, pero estas cosas no se dejan pasar. Esto no se va a quedar así", aseguró Luis, que lanzó un mensaje al punta del Liverpool: "Yo también he sido jugador y entiendo que Torres se enfade, pero lo primero que tiene que hacer es enfadarse consigo mismo. Son tan importantes los hombres que juegan como los que no". Aragonés elogió el detalle de Villa, que se abrazó con Torres después de lograr el tercer gol. "Eso demuestra la cohesión del equipo".

El míster cambió al Niño por Cesc en el minuto 54. Aunque el ariete estaba haciendo un buen partido, España necesitaba reforzar el centro del campo. Poco antes de la intervención de ayer del técnico, Torres también comentó la sustitución. El punta prefirió negar el toque de atención. "No he hablado con Luis. Si tiene algo que decir de mí, que me lo diga en persona. A nadie le gusta que lo cambien, pero el equipo marcó dos goles sin mí. No hay nada más que decir", comentó en Onda Madrid. "Fue una decisión técnica y hay que aceptarla. Si necesitara alguna explicación, se la pediría al míster", añadió.

No fue Torres el único que recibió. El seleccionador hizo una valoración relajada del encuentro ante Rusia. Comentó los puntos fuertes de la selección, pero también las lagunas, aquellos errores que pudieron ocasionar más de un disgusto. En ese terreno, Sergio Ramos fue el más damnificado. "No fue uno de sus mejores partidos. Subió menos que otras veces y debió hacerlo más". También le culpó del error de marcaje en el único tanto ruso. "Había un jugador que tenía que cubrir a ese delantero. Es la marca mixta que hacemos en un córner y saques laterales. No me enfado, pero siempre debemos estar aplicados", aseguró en referencia al defensa del Madrid.

LA CAUTELA Tampoco faltó el clásico mensaje tras un debut victorioso: la prudencia. "Es una satisfacción empezar así, pero nada más. Suecia nos lo pondrá muy difícil", afirmó Aragonés. "Al seguidor hay que decirle que hay un equipo que quiere ganar el título a toda costa. Los aficionados pueden tener toda la euforia del mundo, pero no quiero que se meta en nosotros".

Ajeno a toda polémica, Villa disfrutó ayer de su gran momento junto a sus padres, su mujer, Patricia, y su hija, Zaida. En el tercer gol abrazó tan fuerte a Torres que se lastimó un dedo, pero el sábado estará listo para plantar cara a Suecia.