Sorpresa, nervios y, finalmente, muchas sonrisas. Mariona Martín y María Romero fueron protagonistas finales de la impactante victoria del Al-Qazeres el viernes ante el Mann Filter (82-59). Ambas sufrieron graves lesiones de rodilla la pasada temporada defendiendo la camiseta del equipo cacereño --ahora en Liga Femenina-- y ambas debutaron, después de casi un año, en los últimos minutos. Solo viendo sus caras tras el encuentro puede redefinirse el concepto de felicidad.

«Me he levantado esta mañana y seguía como en una nube», contaba ayer la placentina Romero, que asegura que días atrás había soñado con el momentazo de saltar a la pista después de tanto trabajo y sufrimiento y hasta meter una canasta, como ocurrió. «De tanta obsesión que tenía, acabó apareciendo eso, sí. Incluso sucedía que metía una canasta de bandeja en esa misma canasta, exactamente igual. Parece una broma, pero no lo es». relata.

Es todavía apenas una adolescente (cumplió 17 años el pasado verano) y hay que imaginar la cantidad de emociones que sintió, con sus padres, Isa y Tinín, en la grada. A ellos les dedicó su acierto ante la canasta rival. Y lo mejor de todo es que resultó algo inesperado, porque, aunque había entrado en la dinámica de los entrenamientos del primer equipo y debutado con el filial, no estaba en los planes que saltase a la pista. «No he estado tan nerviosa en toda mi vida, ni siquiera en partidos del Campeonato de España que estaban más apretados», comenta.

Su conexión con la catalana Martín ha sido fuerte en los últimos meses, cuando han compartido horas y horas en sesiones de recuperación. «Siempre nos hemos animado mucho mutuamente cuando teníamos días de bajón», dice Romero.

Para Martín fue incluso más sorpresa. «Es que, cuando me dijo Jacinto [Carbajal, el entrenador] que saliese, me quedé como en shock. Agredecí mucho no saberlo antes porque estoy segura de que me hubiese comido mucho la cabeza los días anteriores y hubiese estado mucho más nerviosa», confiesa.

La única (y pequeña) pena es que ella no consiguió encestar. Tuvo una posición clara para hacerlo, pero prefirió frenarse y mirar la posibilidad del pase. Su familia lo siguió a través de internet y e inundó de mensajes cariñosos el grupo de whatsapp que comparten. Pero esto es solo el principio, una anécdota emocional: «Ahora nos queda seguir trabajando duro para que podamos salir a la pista de verdad, cuando el partido esté con el marcador más justo», resume Mariona Martín. H