El seleccionador francés intenta frenar la euforia después de la clasificación a las semifinales y aseguró que quiere aislar al equipo para evitar todo el "cacareo" que ha provocado. "Vamos a volver al trabajo y a devolver a todo el mundo a la realidad. No vamos a ver la televisión. Quedan tres días antes del partido contra Portugal y vamos a utilizarlos para regresar al estado que teníamos antes de jugar ante Brasil", dijo.