El empate logrado por Francia en Rumanía el pasado sábado en el tercer partido de la fase de clasificación del Mundial de 2010 deja al seleccionador, Raymond Domenech, contra las cuerdas.

Estrechamente vigilado desde el fracaso de los bleus en la Eurocopa de Austria y Suiza, el técnico pierde crédito y cada día son menos sus valedores en el seno de la Federación Francesa de Fútbol (FFF).

El Comité Federal de este organismo se reunirá el próximo miércoles y la sustitución o continuidad de Domenech será el principal punto del orden del día.

El presidente de la FFF, Jean-Pierre Escalettes, había avisado anteriormente que la situación de Domenech sería revisada tras los tres primeros partidos de la fase de clasificación. Francia comenzó perdiendo frente a Austria, venció a Serbia y anoche empató contra Rumanía.

EL EXAMEN Este último partido era un auténtico examen para Domenech. El equipo estuvo desastroso en el primer tiempo, llegó a perder por 2-0 antes de que los ´salvadores´ Ribery y Gourcouff rescataran un punto que puede convertirse en la última piedra de salvación de Domenech.

El seleccionador francés cuenta también con los jugadores como el principal aval, tanto por las declaraciones en su favor que no paran de repetir como por la reacción mostrada en el segundo tiempo, un verdadero espaldarazo para el técnico.

Pero la imagen mostrada por los bleus en la primera mitad puede ser un argumento de peso para los detractores del seleccionador.