Un balón, 3.489 jugadores de 12 a 18 años, 176 equipos de 15 nacionalidades distintas, las instalaciones de la ciudad deportiva de Anoeta, la playa de La Concha y la pasión por un deporte: esto es la Donosti Cup, uno de los torneos de fútbol base más prestigiosos del planeta. Un aliciente más: la presencia del equipo infantil del Cacereño en lo más alto del cuadro de honor.

Ya lo había advertido la organización en una de sus publicaciones oficiales: "Parece que los extremeños vienen a por todas". Y siete días después, lo que entonces parecía una profecía es en estos momentos una realidad.

Los representantes de la región han cumplido con aquellas expectativas. A la victoria en la final de los infantiles del Cacereño --por 3-0 frente al Tarnos francés--, hay que sumar el buen papel realizado por los cadetes del conjunto verde, que cayeron en cuartos de final frente al Mutri-Zahar del País Vasco en la tanda de penaltis. Antes, los dos ya habían logrado que les colocaran la etiqueta de favoritos, tras terminar invictos --tres victorias en tres partidos cada uno-- la liguilla previa.

Equipos de Coria

Más modesta ha resultado la participación de los dos equipos de Coria que acudieron al torneo. Los infantiles se cruzaron en cuartos con el campeón, el Cacereño, y el Serfitex no pudo pasar de la primera ronda.

Pero la Donosti Cup no es sólo una competición deportiva. Los participantes han podido disfrutar de actividades alternativas como el fútbol 3x3, fútbol tenis, discotecas, cenas oficiales, Internet, espectaculares ceremonias de inauguración y clausura.

Y con el fútbol como pretexto, los extremeños han sido testigos y cómplices de una loable acción humanitaria. La organización brindó la oportunidad de participar en el torneo a niños de la fundación benéfica Diambars , institución que se sirve del balompié para lograr que niños nigerianos y senegaleses sin recursos tengan la oportunidad de recibir una adecuada educación.