La historia les reserva un sitio en la alineación titular que ganó la novena Copa de Europa, pero el hoy no sonríe a los dos futbolistas extremeños del Real Madrid, el cauriense César Sánchez y el cacereño Fernando Morientes. Ambos sufren seguramente el que es su peor momento desde que llegaron al club blanco, una situación agravada por la sonrojante eliminación en la Copa del Rey del pasado miércoles ante el Mallorca (4-0).

César y Morientes jugaron el choque de Son Moix, el primero como titular y el segundo los últimos 25 minutos, cuando el encuentro ya estaba decidido. No parece que el episodio vaya a sacarles de sus secundarios papeles en la estelar plantilla madridista.

El portero encajó cuatro goles y, aunque en ninguno de ellos puede culpársele directamente, la titularidad de Iker Casillas parece más indiscutible que nunca. Tras ser el favorito de Vicente del Bosque durante gran parte de la temporada pasada, pese a la tormenta mediática defensora de Casillas, César se lesionó en la final de Glasgow ante el Bayer Leverkusen y ya no ha vuelto a contar más que en los partidos coperos y amistosos. Ahora es difícil que salga del banquillo y la internacionalidad de la que disfrutó esporádicamente en el pasado también la ve muy lejana.

EL CUARTO ARIETE

El momento por el que pasa Morientes es, seguramente, más triste, pese a que pise un poco más la hierba. Algunos problemas físicos han agravado la temporada más aciaga de su carrera, relegado al puesto de cuarto delantero centro de Vicente Del Bosque por detrás de Ronaldo, Guti y hasta Portillo. El jugador, que pasó los primeros años de su vida entre Acehúche y Cilleros, ha perdido su característico olfato goleador y tiene la etiqueta de transferible de forma perenne. El capítulo de su frustrado traspaso al Barcelona vía Inter el pasado verano tampoco le ayudó, aunque de momento sigue siendo fijo en las convocatorias de Iñaki Sáez. No obstante, esto podría cambiar para el amistoso del próximo día 12 ante Alemania en Palma de Mallorca.