Para ganar a los Red Bull se necesita un fin de semana redondo, una comunión perfecta con el coche, con el circuito, con el ambiente, un estado casi de trance, el mismo en el que parece haber entrado de forma permanente Fernando Alonso. Pole , vuelta rápida, victoria, primero de principio a fin. Visto así, parece coser y cantar. Todo lo contrario. Sebastian Vettel casi toca al asturiano en la primera curva y pasó la meta a seis decimas. Entre medias, dos horas trepidantes, un acoso continuo animado por dos coches de seguridad y un montón de doblados.

Alonso sorteó sin pestañear todos los obstáculos que se le pusieron por delante. Se movió bien en la salida para tapar la trayectoria de Vettel que arrancó mejor. Prueba superada. Una vuelta después llegó el turno de examinar al muro, a los estrategas del equipo rojo, cuando el coche de seguridad entró en pista para poder retirar el Force India de Liuzzi. ¿Cambiar ruedas? Alonso siguió en pista, y tras él, Vettel y Hamilton. Red Bull sí hizo entrar a Webber para diversificar riesgos.

ERROR DE RED BULL Alonso sacó el martillo y comenzó a machacar el crono. Vuelta rápida tras vuelta rápida llegó a los 3,5 segundos de ventaja sobre Vettel. Y ahí llegó otra chinita: los doblados. "Kovalainen frenó para que le doblara, pero no podía hacerlo por las banderas amarillas, y él frenaba más... Ahí perdí toda la ventaja con Vettel", reveló Alonso. Entró a su box en la vuelta 39 y Vettel tras él, en el mismo giro. Error en el muro de Red Bull. Una vuelta, o dos más en pista le hubiera dado alguna oportunidad de adelantar al asturiano en la parada, entrando justo tras él, solo podía esperar un fallo de los mecánicos de Ferrari. Y no lo hubo. Quien falló fue Vettel. Engranó la segunda marcha y estuvo a punto de calar el coche. Volvió a engranar primera y, entonces, salió, pero para entonces Alonso ya rodaba cómodo de nuevo.

Había que controlar al alemán. "Adelantar era imposible, solo me quedaba presionarle y esperar a que cometiera un fallo", dijo Vettel. Y no llegó. No en Singapur, donde Alonso ha conseguido dos victorias y un podio en tres años. "Solo tenía que estar pendiente de no cometer un fallo. Y cuando más se acercaba a mí, peor para él, más calentaba su motor, sus frenos, más dañaba sus neumáticos. No estaba preocupado por Vettel, no". Un nuevo coche de seguridad entró en pista por el accidente de Kobayashi y Senna. Nada de qué preocuparse por el cambio de ruedas ya estaba hecho. Miraba de reojo las pantallas del circuito, pedía a su ingeniero, Andrea Stella, que le relatara cómo iba la carrera por detrás.

Y llegaron buenas noticias en su lucha para el título. Lewis Hamilton quedó fuera de combate al intentar adelantar a Webber. Le intentó adelantar por fuera y luego le cerró en el vértice. El australiano no pudo evitarle. Fue una de las ocho víctimas de este inmisericorde circuito en el que Jaime Alguersuari se sobrepuso a salir desde el pit (problema en el radiador) para remontar hasta la 12. Fue el día en el que la pobre actuación de Nick Heidfeld (accidente) hizo añorar aún más a Pedro de la Rosa.