Donde hubo más de un grito, caras desesperadas y alguna que otra lágrima fue en los boxes de Ducati y Honda. En el taller de la firma italiana nadie entiende nada, ni siquiera Casey Stoner podía explicar por qué lleva cuatro grandes premios consecutivos cayéndose. En Valencia, último del 2009, se cayó; se cayó en Qatar cuando lideraba el primer GP de este año; se cayó el sábado en Jerez y se cayó ayer en Le Mans. Es evidente que, en el ajetreado mercado de estrellas de MotoGP (los cuatro magníficos acaban contrato este año con sus marcas), Stoner ha vuelto a bajar su precio. "No soporta la presión de tener que ganar, dicen los que evaluan estas cosas.Otro que anda a la baja es Dani Pedrosa, en su quinto año en Honda solo ha podido ganar dos carreras por año. Ayer sufrió una de las mayores humillaciones de su carrera. Andrea Dovizioso, su compañero de equipo, con el que no se habla, con el que no intercambia información, le superó en la última vuelta y, no solo lo dejó en evidencia sino que, incluso, llegó a desequilibrarlo hasta el extremo de que el yankee Nicky Hayden, el último piloto que le ha proporcionado un título a Honda (2006), también le pasó relegándolo a una discreta quinta plaza."Honda es un equipo pero no trabaja como un equipo", dijo ayer un picado Dovizioso. "Yo quiero aprovechar este momento para demostrar a la marca y a Repsol que puedo ser el número 1. Por eso he hecho lo imposible por derrotar a Pedrosa. Esta Honda no está, desde luego, para ganar el Mundial pero sí para ganar algúna carrera". Pedrosa lamentó que la Honda no acabe de ir bien. "Esta quinta plaza es decepcionante", dijo. "

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