Usain Bolt, once veces campeón mundial y ocho olímpico, clausuró ayer en Londres su carrera deportiva rodando por la pista lesionado en plena recta final cuando había recogido el testigo en tercer lugar en la final de relevos 4x100 metros.

A media recta, Bolt se echó la mano al muslo derecho y cayó al suelo con gestos de dolor. Allí permaneció durante dos minutos, antes de incorporarse para entrar caminando en la meta.

La medalla de oro fue para Gran Bretaña, que con un crono de 37.47 batió al favorito, Estados Unidos (37.52) y a Japón (38.04).

Bolt se despidió hace una semana del 100 individual con una modesta medalla de bronce, derrotado por los estadounidenses Justin Gatlin y Christian Coleman, y anoche perdió la oportunidad de decir adiós desde el podio.

FARAH, SEGUNDO / No fue Bolt el único ídolo derrotado en la pista londinense durante la jornada de ayer. El etíope Muktar Edrid, líder mundial del año en 5.000 metros, evitó con su victoria que el británico Mo Farah se despidiera de las competiciones de pista con el que habría sido su cuarto título mundial y un nuevo doblete del fondo.

Una marca de 13:32.79 en una carrera lenta le bastó a Edris para ejecutar en un esprint de 450 metros al mejor fondista de los seis últimos años, que tuvo que apretar a fondo para alzarse, al menos, con la medalla de plata (13:33.22), seguido del estadounidense Paul Kipkemoi Chelimo (13:33.30).

Sobre el papel, la principal amenaza para Sir Mo eran los etíopes: Edris, Yomif Kejelcha y el jovencísimo Selemon Barega, de 17 años.

Pero quienes empezaron tirando fueron el estadounidense Paul Kipkemoi Chelimo, de obvios orígenes kenianos, y el británico Andrew Butchart, que pasó el primer mil en 248.20 con Farah muy atento por delante, a diferencia de la final de 10.000.

El segundo kilómetro fue más lento: 2:54.04 para un parcial de 5:48.08. De ahí que Barega resolviera acelerar la carrera, aunque por poco tiempo. A mitad de trayecto Farah estaba cómodamente en cabeza. El tercer mil se cubrió en 2:50.97 y entonces avanzó el australiano Patrick Tiernan.

Farah tuvo que salir personalmente en su busca, a tres vueltas del final y tomar la cabeza en el 600. Sólo unos metros después, antes del toque de campana, Edris y Kejelcha se lanzaron en tromba para proceder a una larga ejecución del campeón mundial y olímpico.

Desde que otro etíope, Ibrahim Jeilan, le birló en el esprint el título de 10.000 en Daegu 2011, Farah no había vuelto a perder una sola final en alta competición, ni en Juegos Olímpicos, ni en Mundiales, ni en Europeos. Ahora, con 34 años, se despide de la pista con una nueva victoria para pasarse al maratón.