Con Leo Messi guardando reposo en casa, el Barça necesita un sustituto. Y que esté a la altura de la condición de fantástico que exhibía el argentino hasta que el bíceps femoral de su pierna izquierda se desgarró en Mestalla y le alejó del clásico del domingo. Con Messi fuera --si pudiera se iría a Argentina para huir de la angustia que le genera ver al Madrid desde la grada-- a Ronaldinho se le mira más que a nunca. A Ronaldinho y a Henry, por supuesto.

De Eto´o, el fantástico que ha vuelto para reanimar al Barça en tan solo dos semanas, no hay dudas. Tres partidos, tres goles. Y la sensación de que existe un equipo sin él --acomodado, sin chispa, sin presión-- y otro bien distinto cuando se convierte en el primer defensa y, al mismo tiempo, en el último delantero. Todo en uno. Defiende y marca. Marca y defiende. Así ha regresado Eto´o. A lo grande, con una autoridad indiscutible en la mejoría del Barça y con un impacto inmediato. El mismo impacto que se espera de Ronaldinho desde hace semanas. Meses, casi.

GOL DE ´RONNIE´ Pero aún no ha llegado. Y el tiempo se le echa encima al brasileño. A punto de completarse la primera vuelta de la Liga (la visita del Madrid es ya la jornada 17), no ha habido buenas noticias de Ronaldinho. Y eso que se había quedado sin coartada porque llegó a este curso más descansado que nunca. Renunció a la Copa América con su selección y tuvo más vacaciones que nunca. Pero no acaba de arrancar, hasta el punto de que Rijkaard, en una insólita decisión, lo ha enviado al banquillo. No solo por una sola ocasión. Al contrario. Ronaldinho ha sido tres veces suplente (Lyón, Montjuïc y Mestalla, siempre fuera del Camp Nou). Más veces en cuatro meses que en los cuatro últimos años.

Rijkaard no ha abierto aún la boca. Todo lo que le sucede a Ronaldinho en esta primera fase de la temporada resulta ciertamente insólito. No hay nada normal alrededor de la controvertida figura del brasileño. En teoría, Rijkaard debería colocarlo el domingo en el campo. ¿En la práctica? No se sabe. Hasta ahora, el técnico nunca lo ha dejado en el banquillo del Camp Nou. Nunca. Sabe Rijkaard que si lo hace el domingo, el futuro de Ronaldinho en el Barça será muy complicado. No solo a medio plazo sino a corto plazo porque los seis meses hasta final de temporada se harían aún más irrespirables. Para Ronaldinho, para el club y, claro, para Rijkaard. En solo una palabra, para el club.

HENRY ACELERA Mientras, Thierry Henry participó ayer con el resto del grupo en la última parte del entrenamiento matinal en el Mini Estadi, como parte del proceso de recuperación de la discopatía vertebral que le mantiene apartado del equipo desde el pasado 25 de noviembre.

El francés, cuya presencia en el clásico del próximo domingo aún es dudosa, se ejercitó en solitario durante la primera parte del entrenamiento. Cuando Rijkaard dispuso dos partidillos, de doce jugadores cada uno, Henry se incorporó al entrenamiento con normalidad. Participó en los partidos durante media hora.