La final de la Copa de Extremadura del próximo domingo se presenta interesante. Será un estupendo momento para calibrar el estado de forma de los dos conjuntos regionales de la Liga LEB a sólo cinco días del inicio de la competición. De momento, Plasencia y Cáceres 2016 están generando más dudas que satisfacciones, aunque las semifinales coperas han servido para invertir en algo los pronósticos que situaban a los jerteños muy por delante en su preparación.

El conjunto de Dani García sufrió extraordinariamente para superar a un equipo dos categorías inferior (53-55). El Mérida tuvo el último balón para ganar el partido, pero no encestó y Plasencia podrá tener al club anfitrión en la final. La imagen no fue nada buena, sobre todo en ataque. Dentro de los problemas se percibe sobre todo que la adaptación de Yohance Nicholas --exhibiendo a menudo una enorme falta de concentración-- al baloncesto nacional todavía está muy lejana. Tampoco fue el día de los tiradores.

Para el Cáceres 2016 su amplia victoria en Villanueva de la Serena (72-90) tuvo efectos balsámicos: es la primera en el casillero de la pretemporada, añadiéndose la buena noticia de que al fin Josh Asselin (19 puntos) realizó aportaciones positivas. El estado físico de su compatriota Kerry Blackshear, que lleva casi dos semanas sin entrenar por un esguince, es ahora el máximo problema para Bohigas.

El domingo también se jugará en Plasencia la final femenina entre el Femenino Cáceres y el Armijo Badajoz.