Severiano Ballesteros levantó ayer todo el secretismo en torno a la enfermedad que sufre. Y lo hizo sin rodeos. De una forma directa. "Después de un chequeo exhaustivo que me ha sido realizado en el Hospital La Paz, se me ha detectado un tumor cerebral", informó ayer, a través de un comunicado oficial, el exgolfista de 51 años.

Las pruebas que se le han realizado esta semana en el hospital madrileño confirmaron ayer los rumores en torno a su estado de salud desde el pasado lunes, cuando fue ingresado de urgencia tras sufrir un desvanecimiento en el aeropuerto de Barajas. Ballesteros se someterá mañana a una biopsia para conocer la evolución de la enfermedad.

El legendario jugador desvela que la razón que le ha llevado a mantener el hermetismo en torno a su enfermedad hasta el día de ayer era su deseo de informar personalmente a sus tres hijos, dos de los cuales estudian fuera de España, y también a su exmujer, Carmen Botín, de la que se encuentra separado desde el año 2004.

EL PARTIDO DE SU VIDA Ballesteros, ganador de cinco títulos del Grand Slam, que sufría problemas artríticos en la espalda y también en las rodillas desde finales de los 90, se retiró a mediados del 2007 del golf profesional, poco después de desmentir en un comunicado problemas de salud tras el fallecimiento de su pareja sentimental en un accidente de tráfico en marzo.

Ballesteros muestra una enorme entereza en el comunicado que facilitó ayer a los medios. "Durante toda mi carrera he sido uno de los mejores salvando obstáculos en los campos de golf. Y ahora quiero ser el mejor, afrontando el partido más difícil de mi vida, con todas mis fuerzas, contando además con quienes me estáis haciendo llegar mensajes de aliento".

La noticia corrió como un reguero de pólvora en la prensa británica y en Estados Unidos --donde Seve es un ídolo con un calado superior al que ha conseguido en España-- y también en el Club de Campo de Madrid, donde se ha estado disputando esta semana el Madrid Masters, un torneo del circuito europeo, con la participación de algunos de los amigos que le han acompañado en su carrera deportiva.

VISITA DE AMIGO "Me siento muy confiado en que superará su enfermedad", aseguró ayer José María Olazábal, que pudo visitar a Seve en la habitación del Hospital de La Paz. El golfista vasco, doble campeón del Masters de Augusta, pudo estar durante media hora en la habitación que ocupa Seve y dijo que lo había encontrado bien físicamente. "Con la preocupación lógica, vi a Seve muy bien. Estuvimos departiendo durante un buen rato. Le deseo una pronta recuperación", señaló. También el malagueño Miguel Angel Jiménez, uno de los competidores en el Club de Campo, demostró su debilidad por Seve. "Seve, te queremos y todos deseamos que te recuperes lo antes posible".

La otra figura del golf español, Sergio García, que ha participado este fin de semana en un acto de su fundación para personas con discapacidad en Port Aventura, en Tarragona, también se sumó al grupo de personas que han querido enviarle ánimos en estas últimas horas. "Toda la familia García le envía ánimos y toda la energía positiva para que se mejore cuanto antes", comentó ayer a este diario el castellonense.

FE Y CONFIANZA "Siempre me he solidarizado con aquellas personas que afrontan enfermedades, incluso mucho mayores que la mía", asegura también en su nota pública Ballesteros. "Por ello quiero recordarles que con valor, fe, serenidad, confianza y mucha fuerza mental hemos de afrontar cualquier situación por muy difícil que esta sea".

Seve solicita también en su comunicado respeto para su familia y sus hijos y muestra su agradecimiento por los apoyos recibidos. "Os mantendremos informados. Agradezco desde el fondo de mi corazón a todos los que os estáis interesando con mucho cariño por mi estado de salud", apunta.

Tony Jacklin, una de las grandes leyendas de la historia del golf británico, dijo una vez de Seve que "lo imposible era algo cotidiano para él". Y eso es lo que espera ahora mismo de Ballesteros la inmensa mayoría de sus seguidores en todo el mundo.