Ismael Díaz, técnico del Cacereño, coincidió con su colega en el otro banquillo al valorar el partido diciendo que había estado marcado "por el mal estado del campo". "El partido era un boleto de lotería en el que el gordo podía caer para cualquier lado", afirmó abiertamente.

Para el entrenador visitante, su equipo "manejó el partido en la primera mitad, pero la expulsión de Enrique cambió nuestro planteamiento, porque necesitábamos un esfuerzo todavía mayor y ellos estaban explotando bien su fútbol directo".

Ismael Díaz valoró positivamente el punto conseguido y la buena racha tras los tres derbis, sobre todo por las circustancias en las que se produjo el encuentro de hoy. Hay que poner un diez al equipo por la entrega. Había ausencias importantes y me preocupaba también la de la portería, pero Manu a pesar del tiempo que llevaba sin jugar estuvo solvente", concluyó.