"Me subí al coche y me dije: los voy a destrozar a todos". La frase es de Sebastian Vettel, un jovencísimo alemán de rostro aniñado que pilota con la misma insolencia con la que habla. Puede que sea fruto de mezclar talento con juventud el cóctel que le permitió arrebatar a Fernando Alonso tres récords de precocidad el mismo fin de semana (pole, podio y victoria).

Vive solo en Suiza, no tiene novia y no necesita representante, porque le basta un abogado para revisar los contratos y los consejos de Michael Schumacher, con quien habla por teléfono a menudo. Schumacher es el hombre que, dicen, le quiere llevar a Ferrari en el futuro, el heptacampeón que anunció mirándole: "Este sí puede ser mi sucesor", descartando a los otro cuatro pilotos alemanes que forman la parrilla actual. "La pole position elevó tanto el ambiente en mi equipo que cuando me subí al coche estaba tan excitado que me dije: voy a pisar el acelerador hasta el infierno", contó el chico.

Hizo trizas a todos sus rivales con la misma facilidad que mostró desde el primer día que participó en entrenamientos libres. Fue en el GP de Turquía del año pasado y consiguió el mejor tiempo. Meses después, el accidente de Robert Kubica en Canadá le dio la oportunidad de debutar en una carrera, y sumó un punto (el más joven de la historia en lograrlo) con BMW, por entonces con menos potencial. Asustó a muchos dejando de ser piloto de pruebas de BMW y las World Series, que lideraba, para fichar por Toro Rosso, escudería que el año pasado no había sumado ningún punto hasta que Vettel sustituyó a Speed. Y, en su primera carrera, bajo la lluvia de Fuji, estaba a punto de lograr un podio. Una semana después fue cuarto en China, también con lluvia.

Todo ha rodado a mucha velocidad en la vida de este muchacho que nació el 3 de julio de 1987 en Heppenheim, una pequeña villa alemana muy cerca del circuito de Hockenheim. Schumi , que pronto se fijó en él. "Yo estaba de vacaciones en las Maldivas y Michael me llamó para decirme que había visto a un piloto especial", recuerda Gerard Berger, director de Toro Rosso. "Será campeón del mundo, es muy bueno", insistió ayer el excampeón del mundo.

Pronto destacó. Fue campeón júnior europeo y alemán de karting en el 2001 con 14 años. Dos años después comenzó a pilotar monoplazas de F-3. Fue segundo tras Lewis Hamilton el primer año, tras ganar cinco de las 19 carreras, y arrasó en la temporada siguiente (18 victorias en 20 carreras). En el 2005 compitió en las Fórmula 3 Euroseries, en las que fue el mejor debutante con cinco podios y BMW Sauber le dio en Jerez la ocasión de subirse vez a un fórmula 1.

"Me parece un piloto fabuloso y le auguro un brillante futuro", declaró Alonso, algo menos rey que antes de llegar, el jueves, al GP de Monza.