Ha pasado Qatar. Ha ganado, de calle, el australiano Casey Stoner, consiguiendo su primer triunfo en MotoGP. Su Ducati Desmosedici de 800cc volaba bajito como si siguiese siendo una 990cc. Ya lo dijo Valentino Rossi: "Parecía que yo llevase un Fiat y Casey, un Alfa Romeo". Ha ocurrido todo eso y el Mundial aterriza en Europa, en Jerez. Y el mundo entero sigue hablando del más que presumible duelo entre Valentinik, heptacampeón del mundo, y el tricampeón catalán Dani Pedrosa. Llevan corriendo juntos desde hace 18 grandes premios y, a lo sumo, se han emparejado tres o cuatro vueltas. Aún no se han disputado una victoria codo a codo.

Y llega Jerez. Y, 15 días después de que Pedrosa acabara con otra de las marcas de Rossi, esa que le convertía en el piloto más joven en sumar 50 podios, hay quien le recuerda al discípulo de Alberto Puig que vaya con cuidado porque el heptacampeón ya le amargó la existencia y, tal vez, la carrera, a Sete Gibernau en aquella encerrona en la horquilla de entrada a meta. "Los dos querían ganar, pero no había hueco suficiente para los dos", recuerda Pedrosa, quien no consideró oportuno dar su opinión sobre el lance. "Hay que estar sobre la moto para saber qué ocurrió. No tiene nada que ver observarlo por la tele, que vivirlo".

RECORD DESTRUIDO Pedrosa, cincuentenario con solo 21 años y 162 meses, un año y un mes más joven que cuando lo logró Rossi, recibió con cierta indiferencia, a través de terceras personas, las excusas del italiano respecto a aquella ironía que se le atribuye al azzurri respecto a la estatura del catalán. En la presentación de su nuevo patrocinador (Fiat), Rossi dijo: "Daniel no es un joven pequeño, es un niño". Ayer culpó a la prensa (italiana, claro, que fue la que lo contó) que sus palabras fueron tergiversadas: "Hablé de su talla, no de él como persona". Pedrosa se lo sacó de encima: "Tengo 21 años, ya tengo poco de niño. Además, yo vengo aquí a correr, no a hablar".

Despistado el campeón Nicky Hayden, carente, de momento, de la confianza suficiente en su nueva Honda como para arriesgar en las curvas, que es ahora donde se deciden las carreras; desconcertados Marco Melandri y Toni Elías con el lío que para ellos supone el cambio de Michelin a Bridgestone para su Honda; caído Loris Capirossi en Qatar, solo queda saber hasta dónde llega la caseymanía que acaba de estallar en el Mundial y cerciorarse de que estamos, de verdad, frente a un fenómeno en alza. Lo demás queda en manos de Rossi y Pedrosa, cuyo duelo está predestinado desde que dejaron de intercambiarse piropos.

Pedrosa se ha visto, sí, con Rossi en la pista, pero han sido solo tres o cuatro veces en algún gran premio del pasado año.