Como si se tratara de Juego de tronos, cuando millones de espectadores se agolpan expectantes a la emisión de cada capítulo, hay otra serie que atrae el interés de semejante cantidad de personas. Algunas coinciden al seguir las dos. El show de Neymar nada tiene que ver con aquella, por supuesto. No se transmite por televisión, ni por un solo canal, sino a través de las redes sociales, y tiene una periodicidad diaria. Se diría que horaria, incluso, y los vaivenes del guión conducen la trama de extremo a extremo.

No faltan los spoilers en ninguna de las dos series y Gerard Piqué ha hecho el último. «Se queda», dijo el domingo por la noche hablando de la barcelonista, poco antes de que se emitiera el segundo episodio de la estadounidense. Los culés, lejos de sentirse fastidiados, agradecieron el anuncio de Piqué. Y le dieron verosimilitud; entre otras razones, por lo mal que quedaría el defensa si fuera una noticia falsa. «No sé de qué han hablado ni si es una broma. Espero que no sea una broma», dijo Jordi Alba, que conoció el penúltimo giro del guiín al conectarse en Instagram y Twitter, situándose al margen de la sitcom.

UN ARGUMENTO ENRIQUECIDO / El show de Neymar inicia su quinta temporada, y ha sido apasionante desde la primera, cuando en el 2013 firmó por el Barça escabulléndose de la vigilancia del Madrid. El argumento, inicialmente deportivo, se ha visto enriquecido con aportaciones del mundo económico, por la elasticidad que han tenido los números y en los contratos, y salpicado, sobre todo, por una densa inyección de materia policial y judicial.

Neymar sénior y Neymar junior, los protagonistas nucleares de la serie, han decidido retorcer el guión para renovar la atención del público. Internacionalizando los exteriores hasta Francia, con la oferta del Paris Saint Germain. Un millonario qatarí, antiguo amigo de otros millonarios qataríes con relaciones con el Barça -ahora el club catalán se da la mano con uno japonés, Hiroshi Mikitani, dueño de Rakuten-, decidió fichar al futbolista y a su agente, un pack indivisible, prometiéndoles un paraíso económico. El Barça, que no se creía el cuento ni que pudiera cobrar 222 millones por liberar al futbolista, ha acabado viendo el peligro tras el misterio que se insinuaba en los medios de comunicación de la posible marcha de Neymar a París.

Pero al final se lo ha creído, ha reaccionado y cree haber dado con la solución para que El show de Neymar siga rodándose en Barcelona. Lo adelantó Piqué. La confirmación sigue a expensas de que sean los propios guionistas, alguno de los dos Da Silva, quien escriba el epílogo y cierre el argumentario de la temporada.

Es lo que espera el Barça, empezando por su presidente, Josep Maria Bartomeu, tras ver al club arrastrado a una zozobra que nunca buscó; al contrario, huyó tanto de ella que no la ha visto hasta que le ha estallado en las narices. Con Neymar padre presentándose en Nueva Jersey para convencer al jugador.