VICTOR PIRIZ

El único punto de apoyo de nuestro cuerpo con el suelo son las zapatillas. Esto que es tan obvio a veces no le damos la importancia que realmente tiene y no invertimos el tiempo suficiente en elegir las zapatillas que realmente nos vienen bien. No se trata de comprar las más caras o las más baratas, se trata de elegir aquellas que nos vienen bien por nuestra estructura del pie y por el terreno en el que solemos correr y por nuestras propias características físicas (peso, altura...).

Lo primero que cualquier corredor debería hacer antes de plantearse correr es analizar su pisada. Sí, sé que no solemos hacerlo. Yo no lo hice. Cogemos las primeras zapatillas de correr que tenemos por casa, estén como estén y salimos estos primeros días. El daño que nos podemos hacer es muy grande, porque las que usemos para hacer kilómetros y kilómetros tienen que adaptarse a nuestra pisada, a nuestras características... y no al revés. Por ello recomiendo pasar por un podólogo o por un centro deportivo o alguna tienda especializada y hacerse un completo análisis de pisada. Será importante saber si tenemos pronación, supinación o por el contrario nuestra pisada es neutra, y de paso saber si podemos corregir defectos con alguna plantilla.

Tras saber el tipo de pisada que tenemos, debemos saber qué tipo de zapatilla necesitamos y para ello necesitamos saber en qué terreno vamos a entrenar principalmente. No será igual comprar una zapatilla para entrenar por césped o tierra que para quemar por asfalto o para montaña o para pista. Cada terreno tiene unas zapatillas diseñadas especialmente para ello. Tendremos que pensar en eso antes de adquirirlas.

Tendremos que tener en cuenta también el tipo de uso que vamos a darle. No será lo mismo un corredor que piense usarlas dos o tres veces a la semana que alguien que va a entrenar con ellas casi todos los días. Será muy importante este detalle porque en función del aguante y la dureza de la zapatilla tendremos para elegir unos modelos u otros.

También será importante averiguar si principalmente queremos unas zapatillas rápidas o que amortigüen mucho. Si nos decidimos por las primeras, sabemos que las zapatillas serán ligeras y que no nos protegerán tanto de los impactos como lo hacen las segundas. Optar por unas zapatillas más amortiguadas es más lógico para proteger las articulaciones pero sacrificamos velocidad porque suelen ser mucho más pesadas.

Ya está claro qué tipo de pisada tenemos, por dónde queremos correr, qué tipo de uso, qué características debe tener... Ya podremos comprar nuestras zapatillas... pero... ¿dónde?

Dónde comprar

Buscad tiendas especializadas o que den un asesoramiento personalizado. Yo personalmente soy mucho de comparar por internet las zapatillas, de ver las características, comprobar todo lo comentado antes, revisar que se adapta a lo que busco... y para comprarlas intento buscar tiendas especializadas, como Sport Planet en Badajoz, Pulsaciones.net en Cáceres o Pirron Sport en Mérida, por ejemplo. Tiendas con personal que sabe de lo que habla cuando nos habla de correr y nos ayuda a tomar la decisión final. Seguro que hay muchas tiendas más especializadas en la región, buscadlas.

Cuándo cambiar

Ya he comprado mis zapatillas, ¿y ahora qué? Suelo tener dos pares iguales siempre en uso. No uso siempre las mismas, y trato de cambiarlas cada 800-900 kilómetros como mucho. Es importante no pasar su vida útil y sustituirlas cuando notamos que la amortiguación cede y no nos protege como al principio. Pensad que unas zapatillas en mal estado nos pueden perjudicar mucho en forma de lesiones. No tengáis miedo a cambiar. Hay muchísimas marcas en el mercado, buscad hasta que estéis cómodos con unas. Cada marca tiene sus características: unas aprietan en un sitio, otras en otro...