La cita con el Olympiacos no genera ninguna sensación particular entre la hinchada culé; entre otras razones, porque el Barça nunca se ha enfrentado al club griego y el mayor interés reside en la consecución de los tres puntos que encarrile la clasificación para la Champions. Pero el duelo del Camp Nou es "emocionante" y "especial" para Ernesto Valverde, que ha hablado con especial devoción del que ha sido uno de los equipos que ha dirigido.

Tres temporadas permaneció Valverde en el Olympiacos. Ganó el doblete de Liga y Copa en su primera experiencia (2008-09) y luego, tras una amarga extapa en el Villarreal, en la que ni completó media campaña, regresó a El Pireo para conquistar dos Ligas y una Copa más en dos años (2010-12).

"Lo que más me preocupa del Olympiacos es la necesidad que tiene de ganar y el entusiasmo, porque compite siempre hasta el final, lo sé por experiencia", valora Valverde del tercer rival azulgrana de la Champions y que no ha puntuado aún. El técnico, que ha saludado a varios periodistas griegos y se ha fotografiado con ellos, ha explicado: "Aun no sé por qué les caigo tan bien". Pero ha asegurado que el sentimiento es recíproco con la hinchada blanquirroja.

Un equipo con espíritu

Pero este miércoles habrá un paréntesis en esa cordial y amorosa relación de Valverde con el Olympiacos. El Barça pretende consoldiar el liderato y, sobre todo, las buenas sensaciones que emite. El técnico ve a su equipo "con fortaleza" tras haberse recuperado lentamente de las dos derrotas de la Supercopa ante el Madrid. El hecho de haber salvado dos partidos en los que perdía al descanso (en Getafe y en el Metropolitano ante el Atlético) es la señal de que el equipo anda por el buen camino. "El equipo tiene espíritu, pelea y ha sabido darle la vuelta a una situación complicada".

En ambos encuentros, Valverde echó mano del banquillo y supo cambiar el rumbo del partido y, sobre todo, el signo del marcador. "Lo hacen posible los jugadores", apunta el técnico, quen elige la alineación según "las previsiones que uno hace antes de empezar y que, a veces, no se cumplen".

Jugadores que rompen un partido

"Hay jugadores que son capaces de romper un partido", sostiene. Uno de ellos es Paulinho, un futbolista "diferente" porque "piensa más en la llegada que en la construcción". Las características del brasileño permiten al entrenador maniobrar si los planes iniciales no surten efecto. En ese sentido, valoró positivamente la labor de André Gomes, porque cumplió con su cometido: debía taponar la banda izquierda para impedir las incursiones de Filipe Luis.

Pero el futbolista que más veces rompe un partido es Leo Messi. Al principio, durante y al final. Llegado el ocaso del año, empieza la cháchara sobre el Balón de Oro, un asunto que solo compete a Messi y Cristiano Ronaldo. Ambos se han repartido los trofeos de la última década. "Todos sabemos quién es el mejor del mundo, no hace falta ningún trofeo para reconocerlo", opina Valverde.