ESPAÑA: Casillas, Michel Salgado, Marchena, Puyol (Juanito, min. 8), Antonio López (Xabi Alonso, min. 62), Joaquín, Xavi, Albelda, Vicente, Raúl y Fernando Torres (Luque, min. 35).

BOSNIA-HERZEGOVINA: Tolja, Spahic, Bajic, Barbarez, Vidic (Milenkovic, min. 76), Music, Grlic, Bajramovic, Grujic (Damjanovic, min. 74), Misimovic (Halilovic, min. 64) y Beslija.

GOLES: 0-1, min. 38 Misimovic. 1-1, min. 90 (+6): Marchena.

ARBITRO: Stephen Bennet (Inglaterra). Amonestó por Bosnia a Spahic, Bajic, Grlic, Damjanovic y Music y por España a Albelda. Expulsó a Halilovic (min. 87) y Beslija (min. 90.+5)

España sufrió un tropiezo inesperado en su camino hacia el Mundial, pero el gol de Carlos Marchena en la prolongación de la segunda parte, permitió que la selección sumara un punto y tomara el liderato del grupo, aunque no impidió el sabor agridulce que dejó el empate en un encuentro que los españoles merecieron ganar.

La defensa bosnia atenazó a los jugadores españoles, que han visto cómo se complica el camino hacia el Mundial de Alemania, con esta igualada inesperada e inmerecida.

Mientras que los bosnios, en su única oportunidad de gol, consiguieron batir a Casillas, a los españoles no les sirvió de nada su monólogo ofensivo y tuvieron que arañar un punto gracias al gol logrado en la última acción del encuentro.

España, con el mismo planteamiento que ante Lituania, aunque con Antonio López en la banda izquierda en el lugar de Del Horno, marcó el ritmo del partido, jugó bien, pero malogró muchísimas ocasiones ya en un primer tiempo que debió resolver con un marcador holgado.

Los bosnios, por su parte, plantearon un encuentro ultradefensivo con marcajes al hombre sobre Xavi, Raul, Joaquín, Vicente y Torres, y con Barbarez, el delantero centro del Hamburgo, por detrás, como líbero, de todos los defensores.

El equipo español se hizo desde el principio con el control absoluto del juego, con buenas penetraciones por ambas bandas y con mucha movilidad en sus hombres de vanguardia.

Las ocasiones de España fueron innumerables y su control territorial absoluto, pero la capacidad para batir la meta de Tolja fue nula.

Sin embargo, lo que nadie pensaba que se podía incorporar al guión del partido era que los bosnios tuvieran una oportunidad y que, además, la aprovecharan. Fue en un despeje de Casillas que Barbarez rechazó de cabeza desde su campo, antes de que Albelda desviara el balón con el pecho y este llegara a poder de Misinovic, quien, con habilidad, dribló al portero español y marcó.

Con dos cambios por lesión realizados antes del descanso, a España no le quedaba más que tratar de nivelar el encuentro sin más cambios en la formación y desde el inicio de la reanudación salió con la misma intensidad, pero también con una falta de ideas preocupante.

Cuando el encuentro se aproximaba a la media hora de la segunda parte, al equipo español empezaron a faltarle recursos por cansancio y agotamiento, lo que obligó a recurrir a la épica para resolver el problema. Había llegado el momento de la angustia, con Bosnia metida en su área, España tratando de no descomponerse y con ataques constantes que no dieron sus frutos en un partido en el que la constancia de España no tuvo el premio esperado.

Tan sólo el gol de Marchena, con el partido casi concluido y con Casillas de delantero centro, fue un bálsamo para un equipo español que por juego y lucha debió ganar.