Totalmente entusiastas y reconocidos altruistas, al tiempo que mayoritariamente empresarios. Las principales características que definen el perfil medio del dirigente de los clubs extremeños más importantes se atisban con celeridad. ¿Quién está detrás de las entidades? ¿Qué les lleva a involucrarse? La pregunta se ha formulado con insistencia tras conocerse, la pasada semana, que un misterioso grupo se ha hecho cargo de la mayoría de acciones del CD Badajoz.

La mayoría de los que lleva el mando de los clubs, con economías de muy diferente rango, ha avalado los presupuestos. A alguno le ha costado más de un disgusto familiar. Hay múltiples casos de entrega a un escudo, la mayoría hasta límites difícilmente explicables. Ellos repiten que lo hacen por amor a unos colores o a una idea.

Hasta que llegan las subvenciones, todos son problemas. El pasado año, en más de una ocasión, los dirigentes del bicéfalo Cáceres (su presidente, José Manuel Sánchez, es aparejador), avalaron en al menos tres ocasiones, pero también hay compensaciones que satisfacen a los protagonistas. "Merece la pena ir al pabellón y ver a 300 niños en los partidos, y no en el botellón, y eso nos compensa", se congratula en decir Pedro Núñez, presidente de honor y en realidad, el hombre fuerte . Núñez, en el club durante dos etapas, es un ejemplo de toma decisiones junto a otros empresarios de la ciudad que colaboran desinteresadamente en las entidad y que, en ocasiones, ponen su patrimonio y el tiempo "que no dedicamos a nuestros negocios", dicen.

Hay casos llamativos como el del equipo de baloncesto de Badajoz (Liga Femenina 2), llevado en realidad por un gerente, Manuel Aguirre que, sin ser siquiera extremeño, ha peleado para que el proyecto salga adelante, al punto de que, hasta la semana pasada, no estuvo clara la continuidad en la competición. Finalmente, y por ese empeño, se ha logrado arreglar el problema.

Aguirre peleó y consiguió el objetivo, como lo ha hecho Vicenta Naranjo, presidenta del Femenino Cáceres y jubilada. A ella, y a su marido, el conocido exempresario local Angel Salgado, también jubilado, le deben que siga habiendo en la ciudad basket femenino en la segunda categoría más importante del panorama nacional.

También en la ciudad extremeña se dan unas características especiales en el Cacereño, club de fútbol al que hace algo más de un año llegó un empresario segedano, Antonio Martínez Buzo, con su hijo. Acababan de comprar la sociedad a un salmantino, Félix Campo, por una cantidad cercana a los tres millones de euros.

CASOS SINGULARES Dedicados a la hostelería y a la farmacia, Doblas ha insistido en que Cáceres es la ciudad extremeña con más futuro en cuanto a fútbol se refiere, y que ello, junto a la amistad que les une con el ahora director general y entrenador, Angel Marcos, fue lo que les hizo embarcarse en la operación. De momento, han hecho subir al equipo a Segunda B, pero ya han dicho que, incluso a medio plazo, el objetivo es alcanzar la Primera División.

En la mayoría de los casos, son ya veteranos en llevar las riendas de los clubs. También mayoritariamente, han amagado con abandonar ante la soledad --otra de las características que los distinguen-- en la que se han visto sumidos en plena temporada, cuando los ingresos ni mucho menos llegan a los gastos.

Hay algunos que no son presidentes, pero hacen absolutamente de todo, como ocurre con el milagroso caso del Extremadura Arroyo de voleibol. En la localidad cacereña saben perfectamente que el abnegado trabajo del que figura como secretario generla, José Fragoso, es la clave de la continuidad y, sobre todo del éxito deportivo. Y todo por un proyecto bonito.