A Enrique Ortiz Moruno (2-7-1977) se le podía ver tomando algo con su hermano Javier el pasado viernes en el Don Pacho , un céntrico bar cacereño que destaca por lo asequible de los precios de sus litros de cerveza acompañados de raciones. Nadie diría a simple vista que durante los últimos diez meses ha sido titular en un equipo de Primera División, el Cádiz. El éxito --injustamente tardío-- no ha dañado en absoluto su enorme naturalidad y cercanía. Al fin y al cabo, tampoco están tan lejanos sus tiempos, hace apenas cinco años, en el Cacereño, cuando acabó como máximo goleador de Tercera y enderezó una carrera que le había relegado a los campos de tierra en el Motril o el Maracena.

Ahora Enrique parece haberle cogido el gusto a la Liga de las Estrellas y, pese al descenso del Cádiz, puede seguir brillando en ella. El Racing de Santander se ha interesado por él y ha llamado al club andaluz, reticente al traspaso. Sin embargo, un mes para la pretemporada y quizás los gaditanos quieran hacer caja ya que el extremo termina contrato dentro de un año.

Pasado y futuro

"Estaría bien seguir en Primera, pero si continúo en Cádiz no pasa nada. Estoy fenomenal allí, la gente me aprecia mucho", cuenta, aún saboreando lo que ha supuesto para él competir con los mejores futbolistas del mundo. Lo único negativo ha sido bajar de categoría tras mantenerse lejos del peligro durante buena parte de la Liga. "Fallamos en dos partidos que teníamos que haber ganado ante la Real Sociedad y Getafe y lo hemos pagado", afirma.

De momento, descansa a la espera de saber hacia dónde apunta su futuro. La banda derecha de El Sardinero le espera.