BARCELONA: Víctor Valdés, Belletti, Puyol, Oleguer (Fernando Navarro, min. 90), Van Bronckhorst, Edmilson, Deco (Iniesta, min. 83) Giuly (Larsson, min. 75), Xavi, Ronaldinho y Eto´o.

SHAKHTAR DONETSK: Lastuvka, Stoican, Barcauan, Lewandowski, Rat, Tymoshchuk, Duljaj, Vukic (Bakharev, min 75), Matuzalem, Marica y Brandao (Vorobyey, min. 46).

GOLES: 1-0, m. 15: Deco. 2-0, m. 65: Ronaldinho, de penalti. 3-0 m. 89: Eto´o.

ARBITRO: Terje Hauge (Noruego): mostró tarjetas amarillas a Lewandowski y a Van Bronckhorst.

El Barcelona sumó su segunda victoria en la Liga de Campeones ante el Shakhtar Donetsk ucraniano gracias a dos acciones puntuales de Ronaldinho, (autor del segundo gol y asistente del primero) y a otra de Eto´o en un encuentro en el que el equipo azulgrana desplegó su buen fútbol sólo a rachas.

Por momentos, a los jugadores de Rijkaard les faltó velocidad y ritmo, pero el Barcelona demostró que tiene un amplísimo catálogo de recursos ofensivos: las subidas de los laterales, las paredes milimétricas o, simplemente, la calidad individual de sus jugadores.

Comenzó el Barcelona sacando el tiralíneas, trazando paredes y estudiando cómo desmontar el dispositivo de los ucranianos, que acumularon hombres por detrás del balón, temerosos de la capacidad ofensiva local.

En una de esas acciones, el Barcelona abrió la lata. Ronaldinho conectó con Eto´o, volvió a recibir el balón y se lo dejó franco a Deco, que llegó desde atrás para convertir el 1-0 con un potente disparo.

ESPECTACULO CULE Ya se frotaba las manos la grada, hambrienta de una goleada de época, pero el equipo azulgrana no estuvo efectivo. No por falta de calidad, ni de actitud, sino de ritmo y velocidad. Cierto que Belletti taladraba poco a poco el lateral izquierdo de los ucranianos, pero sus centros al área no encontraron rematador.

El Shakhtar sólo empezó a creer en sus posibilidades en el descanso, y ofreció una cara más atrevida en la reanudación. Ganó metros, se soltó y estiró las líneas hasta meter el miedo en el cuerpo al Barcelona.

Pero no tardó en volver a imponerse la superioridad azulgrana. Tuvo que ser Ronaldinho, capaz de robar un inocente balón en la medular y plantarse en el borde del área frente al portero. A la hora de elegir, optó por la estética, intentando una vaselina que Lastuvka sólo atajó a medias, lo que le obligó a cometer penalti sobre el brasileño.

Ronaldinho volvió a hacerse cargo del lanzamiento (en Mallorca concedió un cambio en la jerarquía a favor de Eto´o) y alivió al Barcelona.

El segundo gol permitió al Barcelona dejar de mirar de reojo al marcador y entregarse a lo que más le agrada, disfrutar del balón, moverlo con rapidez y desarbolar al rival a base de ráfagas difíciles de contener.

La guinda la puso Eto´o, que había buscado el gol durante todo el partido: en posible fuera de juego, el camerunés remató a puerta una serie de precisos recortes de Iniesta.