Fue un entrenamiento que era, a la vez, un juego. Y un examen de habilidad técnica. Y una competición. Y, además, de pago. Cada futbolista ponía 10 euros y el ganador se llevaba toda la pasta. El botín ascendió a un total de 190 euros (31.613 pesetas), una minucia para las estrellas millonarias del Barcelona. Era mayor la recompensa, el orgullo, el honor de ser proclamado el mejor futbolista de la plantilla que el premio en metálico que, por cierto, se embolsó Gerard.

La dosis de divertimento que ha introducido Frank Rijkaard en los entrenamientos cobró su máxima expresión el jueves por la tarde, en la primera sesión que realizó el Bar§a en Filadelfia. Sobre un césped que parecía una alfombra, en las modélicas --por modernas, amplias y dotadas-- instalaciones de los Philadelphia Eagles de fútbol americano, los azulgranas se sometieron a un circuito de técnica individual. Pero fue algo más que un simple ejercicio de una convencional sesión preparatoria.

DESEMPATE ENTRE TRES

Los jugadores disponían de media hora para realizar el máximo número de vueltas a un circuito que constaba de siete etapas. Todos se entretuvieron. Hubo risas, pero más de uno se enfadó consigo mismo al comprobar su propia impericia con el balón. Los lesionados (Rustu, Gabri, Márquez y Ronaldinho) no hicieron el circuito, aunque el brasileño ya se ejercita con el grupo. Kluivert demostró que se había incorporado con las pilas cargadas. Tarde, pero en forma. Durante todo el circuito fue el mejor. Fue en cabeza desde el primer momento, seguido muy de cerca por Cocu y por el joven Ramón Ros. Cuando estaba iniciando la tercera vuelta, Reiziger concluía la primera.

Rijkaard dictaminó que era necesario un desempate para proclamar al ganador, entre Kluivert, que había iniciado ya la cuarta vuelta, Gerard y Overmars, que, por sorpresa, descabalgó a Cocu cuando éste iba por delante. "Los árbitros, a veces se equivocan", bromeó el extremo, sin denunciar el error. Ganaba el que chutara primero al larguero y Gerard acertó.

El ayudante de Rijkaard, Henk ten Cate, ya advirtió de que había demasiada seriedad en la plantilla. Algo lógico tratándose de un grupo que ha encadenado cuatro años sin ganar un título. "Lo que más me ha sorprendido es el buen rollo y la alegría que hay en los entrenamiento", dijo Gerard, ratificando que el cuerpo técnico disfraza el duro trabajo de la pretemporada con ejercicios que implican una cierta diversión. Cada sesión preparatoria se inicia siempre con unos rondos. El balón nunca falta. "Se nota que Rijkaard era jugador hasta hace poco tiempo, que fue compañero incluso de algunos, y que sabe tratar a los futbolistas, que somos unos seres especiales y algo raros", añadió Gerard.

ANTE EL MANCHESTER

El Barcelona se enfrenta esta madrugada al Manchester United en el último de los tres partidos de su gira en EEUU. Será en Filadelfia y, tras la positiva imagen ofrecida en los dos encuentros anteriores --empate ante la Juventus y victoria frente al Milan-- el optimismo es indisimulado en el seno del vestuario.