PLASENCIA: A. Bustamante (7), Jonathan Barceló (15), Martín Calvo (3), Sekulic (13) y Andrew Howard (10) --Cinco inicial--, Roberto Rueda (5), Rubén Martínez (17), Gitterer (14), Mario Alvarez (0), Chema Del Rio (0) y Javier Cardito (2).

BENFICA: Heshimu Evans (25), Mascarenhas (2), Cordell (0), Ben Reed (9) y Elvis Evora (0) --cinco inicial-- Sergio Ramos (2), Carreira (0), Minhava (2), Jenkins (8), Tavares (2), Francisco Jordao (7) y Viana (4).

ARBITROS: Raúl Aguilera y Gabriel García (muy mal).

MARCADOR POR CUARTOS: 25-11, 45-24 --descanso--, 62-46 y 86-64 --final--.

El Plasencia se presentó ante su afición de manera inmejorable, ofreciéndole un triunfo ante el Benfica (86-64). El campeón de Portugal, que supera a los extremeños en kilos, en metros y en presupuesto, naufragó en este amistoso, que poco tuvo de ello. Cuando los portugueses, --es un decir, pues tienen cinco americanos-- quisieron empezar el partido, el Plasencia ya estaba 7-0. Este inicio fulgurante no fue ningún espejismo, ya que los de Gomariz, fieles a su filosofía, defendieron con un rigor imposible de superar, prueba de ello son los tan solo 21 puntos del Benfica al descanso, pero es que además las variantes en ataque son tantas que el técnico portugués nunca supo encontrarle soluciones. Por ello Plasencia pudo agrandar la distancia hasta los 25 puntos (42-17) poco antes del descanso.

Ni el gran partido de Heshimus Evans sirvió para siquiera asustar. La lucidez de Barceló, la magnífica mano de Rubén Martínez y la serenidad de Gitterer se unieron al gran trabajo de Martín Calvo, a la solvencia de Howard y a la eficacia de Sekulic. A ellos se añadieron dos grandes directores, Bustamante pone la velocidad, Rueda la serenidad. Con estos mimbres se puede soñar. Y esta noche más, el Illescas en Zarza la Mayor.