CACEREÑO: Pedro, Jony, Héctor, Lucas, Emma, Rúa, Roberto (J. Miguel), Pablo Rotundo, Cantarutti (Manolo), Bruno y Sergio (Tapia).

PLASENCIA: Carlos Agut, Juanfran, Bravo (Oliva), Jordi, Mena, Emilio, Caballero, Serrano, Josué, Juango y Rafa.

GOLES: Minuto 7: Rotundo. Minuto 30: Roberto.

ARBITRO: Rangel Merchant, de Almendralejo (0). Desastroso. Se complicó él solo un partido que no tuvo problemas añadidos. Mostró tarjetas amarillas a los locales Lucas, Rúa, Roberto, Cantarutti y Sergio, y a los jugadores visitantes Jordi, Mena y Emilio.

El Cacereño confirmó la mejoría que viene experimentando en las últimas semanas ante el Plasencia, un rival directo para optar a las primeras plazas de la clasificación y protagonistas ambos de una marcada rivalidad deportiva a nivel provincial.

Todavía no le había dado tiempo a sentarse al escaso público que se reunió ayer en el Príncipe Felipe cuando Pablo Rotundo encarrilaba la victoria tras un saque de esquina. El veterano centrocampista uruguayo demostró durante los 90 minutos el por qué de la veneración que le profesa la hinchada local. Es el poseedor de los galones en el centro del campo y su brega, su entrega, el pundonor que demuestra, su protagonismo y la ascendencia sobre sus compañeros esrecompensada con el cariño que le dispensa la afición cacereña.

Pese al tempranero gol, el Plasencia no se arrugó y demostró que puede y debe estar en la pomada de los equipos destacados del grupo XIV. Suyo fue el balón, sobre todo en la primera mitad, y aunque apenas inquietó al guardameta local, sólo dos disparos entre los tres palos durante toda la contienda, mostró buenas maneras, ser un equipo muy trabajado, aguerrido, rocoso, que no vuelve la cara al partido y que convierte en una heroicidad cada lance.

Ello no hace sino conferir más mérito al triunfo del conjunto de José Manuel. Una escuadra que, pese a no querer el balón tanto como su rival, si supo crear más y mejores ocasiones de gol. El desacierto en algunos casos y la mala actuación arbitral en otros impidió que el resultado fuera aún más inquisitivo para los visitantes.

Los placentinos sólo inquietaron tibiamente el área de Pedro merced a una serie de faltas en la frontal que el colegiado concedió, no siempre de forma acertada, a los de la capital del Jerte.

Pero ahí estuvo Roberto, gran partido el suyo, para evitar cualquier tipo de suspicacias de última hora en el resultado. Su gol, precedido de un robo en el mediocampo del omnipresente Pablo Rotundo, de un inteligente pase de Sergio y de un gran desmarque del propio Roberto dictó la sentencia definitiva de un Cacereño que va hacia arriba.