El baloncesto femenino busca estos días encontrar su identidad y trasladar su particular producto a un mayor número de espectadores. Cierto es que el hecho de que se vean las gradas semidesiertas en las canchas cuando juegan las chicas es trasladable a toda España, pero por ello es más loable ese esfuerzo de los sufridos directivos y promotores de intentar concienciar al público para la causa.

En Cáceres, el sábado hubo un poco más de público que años anteriores viendo al Don Frío. Desde aquí lo celebramos, y ojalá en sucesivos partidos la cifra aumente. Puede que se exagere, por ejemplo cuando el entrenador, Jorge Méndez , hable de que la diferencia entre el basket masculino y el femenino sea el mate. Hiperbólico del todo punto, ya que la comparación es imprudente. Sí estoy de acuerdo con la presidenta, Vicenta Naranjo , sobre que exista una clara discriminación, deportivamente hablando, entre sexos. En cualquier caso, insisto, el esfuerzo es elogiable.