Alberto García y Glory Alozie, con sendas medallas de plata, y Mayte Martínez, con una de bronce, remataron el récord español de metales en unos Mundiales en sala al elevar la cuenta hasta la media docena y superar así las cuatro conquistadas en Sevilla-1991 y Lisboa-2001.

Dos reyes de la pista, el etíope Haile Gebreselassie y la estadounidense Gail Devers, evitaron que García, en 3.000, y Alozie, en 60 vallas, se proclamaran campeones mundiales en Birmingham y obligaron a los dos españoles a conformarse con la plata.

El mejor fondista de todos los tiempos se olvidó del maratón durante unos meses para afinar su puesta a punto lo suficiente para proclamarse por tercera vez campeón del mundo, cuatro años después de haber obtenido en Maebashi (Japón) su segunda corona.

Alberto García, que había batido este invierno los récords de Europa de 3.000 y 5.000 metros en pista cubierta, se vació en busca de una victoria. Atacó a 900 metros de la meta para quedarse a solas con Gebreselassie y éste, a su vez, remató a 250 metros de la meta. García aguantó hasta la última curva antes de rendirse a la evidencia de que el etíope sigue siendo el número uno. Venció en 7:40.97, un segundo y 11 centésimas por delante del madrileño.

MAYTE, HEROICA

Las dos medallas de plata para España en la última jornada entraban dentro de la lógica. El bronce de Mayte Martínez en 800, por el contrario, viene a confirmar la impetuosa progresión de la vallisoletana, que para subir al podio tuvo que batir a la plusmarquista mundial, la eslovena Jolanda Ceplak.

Martínez, que ya había batido el récord de España en semifinales con 1:59.82, volvió a batirlo en la final con 1:59.53 pese a los golpes que recibió, primero de María Mutola, la vencedora, que le desgarró la piel en la rodilla izquierda, y luego de Ceplak.

Antonio Reina se quedó a cuatro centésimas de la medalla de bronce en 800, pese a que no había preparado este Mundial. Sus planes de entrenamiento no cambiaron en busca de una adecuada puesta a punto, pero la sucesión de carreras le bastó para afinar.

La final de 800 se rompió al entrar en la última vuelta y Reina perdió dos metros que luego le costó mucho recuperar. La curva cerrada de la pista y la meta instalada casi a media recta dejaban poco espacio para recuperar. Aun así, el cuarto puesto, conseguido casi sin proponérselo, alimentan sus esperanzas para los Mundiales de París, en agosto.

Conchi Montaner llegó a Birmingham con la tercera mejor marca mundial del año en longitud (6.78), se ahorró la calificación porque hubo final directa y, sin embargo, fracasó con estrépito. Con un mejor salto de 6,34 metros fue eliminada. Por el contrario, Ruth Beitia se creció ante las mejores del mundo en la final de altura. Llegó a igualar su récord de España con 1,96 y terminó en un magnífico quinto puesto que corona una gran campaña invernal. Ya piensa en Atenas-2004.

El madrileño Jesús España, que había sido descalificado por obstruir a un contrario en la final de 3.000 metros, ha sido recalificado por el Jurado de Apelación y recupera, por tanto, el cuarto puesto con una marca de 7:42.70. La delegación española había presentado una reclamación que, una hora después de la carrera, le devolvió su puesto.