RUSIA 0: Rusia: Akinfeyev; Anyukov, Berezutski, Ignashevich, Zhirkov; Semak; Zyryanov, Shemchov (Bilyaletdinov, m.55), Saenko (Sychev, m.56); Arshavin; y Pavlyuchenko.

ESPAÑA 3: Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Marchena, Capdevila; Senna; Iniesta, Xavi (Xabi Alonso, m.68), Silva; Villa (Cesc, m.33) y Fernando Torres (Güiza, m.68).

GOLES: 0-1, m.50: Xavi. 0-2, m.73: Güiza. 0-3, m.82: Silva.

ARBITRO: Frank De Bleeckere (BEL). Amonestó a Zhirkov (m.55) y Bilyaletdinov (m.60).

INCIDENCIAS: Segunda semifinal de la Eurocopa 2008.

La historia tenía un hueco para España en la final de la Eurocopa 2008. La roja estará en el último asalto a un gran título 24 años después gracias a tres goles en el segundo tiempo de Xavi, Güiza y Silva, que dejaron a Rusia para el arrastre, sin respuesta posible ante el incontenible despliegue de fútbol ofensivo que ejecutó el equipo español. Un auténtico festival con el que el conjunto dirigido por Luis Aragonés acabó de librarse del peso que la ha tenido apocada durante décadas. Una goleada aún más redonda que la del día del debut porque significó un grandioso brindis al juego virtuoso de los artistas que han tomado el mando del fútbol de la selección.

La diferencia en el marcador fue la misma que el día 10, pero el partido no tuvo nada que ver. Uno de los primeros síntomas de que el encuentro no iba a ser el mismo lo ofreció Sergio Ramos. El lateral del Madrid había jurado hacer todo lo humanamente posible para no seguir siendo más un quebradero de cabeza para el resto del grupo que un firme peón en defensa y un necesario complemento ofensivo por la banda derecha. Con el permiso de Aragonés o sin él, Ramos fue el primero en progresar hacia el área rusa para intentar casi a continuación cabecear a puerta desde la teórica posición de delantero centro.

ATENAZADOS De forma inopinada, la inquietante banda izquierda rusa integrada por Arshavin y Zhirkov tuvo que, para empezar, preocuparse mucho más de defender al lateral español que buscarle las cosquillas por su lado. Sin ese recurso inicial, el conjunto de Guus Hiddink tampoco tuvo alternativas para hacerse con el control del juego como lo hizo en los primeros 20 minutos del choque en el que ambos equipos se estrenaron en la Eurocopa. En cambio, se mostraba mucho más entonado en asuntos defensivos. Todo un espejismo porque pocos imaginaban lo que vendría después.

El respeto mutuo y el miedo a encajar el primer gol dio como resultado un primer tiempo equilibrado, que acabó con la mala noticia de la pérdida de Villa para la final por un problema muscular al lanzar una falta y con los inquietantes movimientos de Pavlyuchenko, que en un par de ocasiones buscó las vueltas a los centrales y a punto estuvo de sorprender a Casillas. De Arshavin no hubo más noticia que un intento de progresión al cuarto de hora, cortado de raíz por Puyol, que no tuvo en ninguna consideración las noticias que lo colocan en el Barça. El ataque español también llegó al descanso prácticamente inédito. Ni Xavi tuvo espacios para para mover los hilos, ni los volantes gozaron de demasiadas oportunidades de conectar con los de arriba, pese a su constante intercambio.

Lo bueno vino en la segunda parte, en la que todos encontraron su sitio para marear a un rival que no podía creerse lo que se le venía encima. El choque lo rompió Xavi, en una incorporación incontrolable para la defensa rusa. Apareció por el centro para llegar al área pequeña a tiempo de desviar un tiro de Iniesta, que había quebrado a su marcador en el pico izquierdo del área (m. 50).

SUBLIMACION DEL TOQUE Lo que vino a continuación acabó convertido en la sublimación del fútbol de toque, ese del que España hizo su bandera para presentar a la Eurocopa una candidatura que a estas horas es mucho más firme que la de Alemania,la otra finalista. Despuésde adaptarse a todo tipo de circunstancias,el equipo españolpudo celebrar a lo grande su pasea la final.Rusia padeció un rondo inacabable,enel que primero Xavi yluego Cesc Fábregas adquirieronunprotagon ismo total para desbordarsinsoluciónal conjuntoruso.Güiza, relevo de Torres, tambiénse ganó una importantecuota de relevancia con lo quemejor sabe hacer. Rompió por elcentro para alcanzar un sublimepase de Fàbregas y batir a Afinkeevconuntoque final no menoshermoso en el minuto 74.Corrió al banderín para hacer susegundo arquero entre el jolgoriogeneral.

La faena la remató en mediode la algarabía española Silva,tambiéna pase de Cesc (m. 82).A los rusos al final no les cabeninguna duda de que España haalcanzado la madurez necesariapara volver a grabar su nombreen la nómina de los campeonesde la Eurocopa.