Los penaltis castigaron hoy a España en unos cuartos de final del mundial sub'20 de fútbol en los que el equipo de Ginés Meléndez no mereció perder, si bien tampoco realizó un fútbol como para hacerle ganador sin paliativos. En un partido disputado sobre un césped impropio de acontecimiento de esta envergadura, las futuras estrellas del fútbol español empezaron a entender que es eso de la maldición de los cuartos de final que persigue a sus mayores.

Lo hicieron además siguiendo los cánones de este tipo de derrotas: España jugó mejor, pero perdió. Hoy, más que ser España superior, fue la República Checa la inferior. No obstante, los centroeuropeos tenían una idea y fueron fiel a ella hasta el final. Había que estar encima de los jugadores que vestían de rojo e intentar dejar pasar el tiempo a la espera de una jugada de fortuna, que si llegaba probablemente iba a ser a balón parado, o de los penaltis.

Ocurrieron las dos cosas en la eternidad de un choque que se iba escorando en el juego cada vez más del lado español. Pero, los de Ginés marraron demasiadas ocasiones. Como una de Adrián, que remató, solo y en el área pequeña, al palo en el minuto 72. Hubiese sido la sentencia de un choque en el que la República Checa no se salía de su estrategia ni para contraatacar. O como una de Bueno ya acabándose la prórroga, en la que cruzó el remate más de lo que debía. O en una de Granero al inicio de la segunda parte muy mal acabada. O en un cabezazo de Piqué que se estrelló en el larguero antes del empate 1-1.

Si marcó Mata en el minuto 110, al recoger el rechace de un disparo de Bueno al palo; pero también lo había hecho Kalouda ocho minutos antes de fuerte volea en una mala salida de Adán. Así que decidieron los penaltis. Y en ellos, los checos fueron mucho más eficaces. Con marcar cuatro, todos impecables en la ejecución, les valió. Entre medias, Marc Valiente mandó el balón al travesaño y después Petr hizo innecesario la décima pena máxima al detener el disparo, muy flojo, de Piqué.

España jugó mejor

De inicio ya se vio que el terreno de juego, muy lento e irregular, iba a dificultar mucho la elaboración del juego, por lo que el choque se puso rápido por donde quería la República Checa. Es decir, un encuentro sin ritmo y muy trabado. España intentaba buscar a sus medias puntas, sobre todo a Granero y Mata, que tenían siempre un hombre encima y alguno más en la ayuda. Además, la estrechez del campo tampoco permitió aperturas de juego ni explotar una de las principales armas de los de Ginés Meléndez en todo el campeonato: la velocidad de Capel en la banda. Así, el choque fue transcurriendo anodino, sin que pasase apenas nada especialmente reseñable. Si acaso un par de acercamientos checos en el primer cuarto de hora y un par de jugadas españolas que crearon peligro a la meta de Petr.

La primera, a la media hora de choque, fue una larga cabalgada de Crespo desde el lateral izquierdo al área que el sevillista terminó con un fuerte disparo. Se le fue un poco el blocaje al meta checo, pero no lo suficiente como para que Adrián pudiera superarle en el rechace. La segunda ocasión roja, ya con el descanso encima, fue un lanzamiento desde un poco más allá de la frontal de Mata que salió rozando el larguero.

El segundo tiempo comenzó con la clara ocasión de Granero y la única oportunidad clara de gol checa exceptuando el gol de Kalouda. En ella, a Fenin se le fue desviado un remate franco en el segundo palo, a centro de Kuban. A partir de ahí, insistencia española sin demasiada chispa y aguante checo. Los acercamientos sobre la meta de Petr se sucedían, pero España no definía. La gran ocasión fallada por Adrián López pareció dejar claro que el marcador no quería moverse y se dio paso a la prórroga.

Allí, la República Checa aprovechó el regalo que le cayó del cielo para sobrevivir a los envites españoles, que a punto estuvieron de dar la vuelta al resultado. No lo consiguieron y quedaron en manos de unos penaltis a los que su rival pareció llegar con mucha fe. La dejaron patente en la rotundidad de sus disparos y posibilitaron una inesperada semifinal centroeuropea para el próximo miércoles: República Checa-Austria.