Rafael Nadal tenía razón cuando advirtió que Serbia no iba a ser un paseo. Lo que no sabía el número uno del mundo era que los serbios sí venían a España de paseo. O al menos esa fue la impresión que dieron ayer en Benidorm, después de que Novak Dijokovic perdiera el primer punto contra David Ferrer por 6-3, 6-3 y 7-6 (7-4) y Janko Tipsarevic fuera humillado por el propio Nadal por 6-1, 6-0 y 6-2. La jornada pudo ser completa y de récord si España hubiera ganado tres puntos en un solo día, pero Tommy Robredo y Feliciano López no pudieron redondearlo al perder el doble contra Nenad Zimonjic, cuarto del mundo en dobles, y Viktor Troicki, que evitaron la aniquilación definitiva al imponerse por 7-6 (7-5), 6-4 y 7-6 (9-7).

España recuperó el día perdido por la suspensión de la jornada del viernes debido al vendaval que azotó y dañó la pista de mecanotubo montada en el aparcamiento de Terra Mítica. "Ha sido un día superpositivo. Pero ganar a Serbia de un tirón era bastante complicado", decía Albert Costa al término de la jornada. "A Tommy y Feli se les ha escapado el partido por pequeños detalles, ya que han podido ganar los dos tie breaks", valoró el nuevo capitán, convencido de que a Nadal no se le escapará hoy (10.00 horas, La 2) la oportunidad de rematar ante Djokovic la eliminatoria. Mucho deberían cambiar las cosas en 24 horas para que eso no pase.

DJOKOVIC, UNA SOMBRA Si España temía a Serbia era por Djokovic, pero este aterrizó en Alicante sin excesivo tiempo para poder plantar cara a los campeones de la Copa Davis, y menos en su pista y en su superficie preferida. Y así lo pudieron comprobar bajo el esplendoroso sol que ayer acompañó en Benidorm a los 14.000 espectadores que casi llenaron las gradas y que incluso se atrevieron a hacer la ola, poniendo a prueba la instalación. Djokovic fue una sombra del jugador al que temían. El tenista serbio estuvo fallón y lento, muy por debajo de su nivel. Hasta 68 errores no forzados hizo en un partido que apenas duró 2 horas y 50 minutos.

Ferrer, que entró en la pista con el recuerdo de haber perdido la semana anterior la final de Dubái contra el serbio, se encontró con un Djokovic muy distinto. Casi sin darse cuenta, el ídolo local se vio con dos sets de ventaja. En el primer juego Ferrer ya había roto el servicio del serbio. Plantado en el fondo de la pista, sin cometer errores y alargando los puntos como le había pedido Costa, se apuntó el primer set y una racha de siete juegos sin perder desde el 2-3 de la primera manga al 3-0 de la segunda.

Los serbios no daban crédito y Djokovic se desesperaba en la pista. "Quería jugar mejor pero no he podido establecer el ritmo adecuado en tierra. No es una excusa pero desde junio no juego en tierra y aquí he podido entrenar poco. Ferrer ha estado muy sólido, me ha obligado a jugar puntos largos y a mí me ha faltado paciencia", reconoció Djokovic, que en el tercer set jugó un poco mejor y forzó dos set ball con 6-5 al resto, aunque acabó perdiendo el partido en el tie break. Una derrota que encajó con resignación y la decisión de no jugar el doble, como inicialmente estaba previsto. Seguramente, si pudiera hoy mismo se marcharía a Indian Wells para evitar jugar contra Nadal.

QUEJAS DE TIPSAREVIC Pero si Djokovic llevaba nueve meses sin jugar en tierra, tampoco Nadal lo hacía desde septiembre del año pasado, en las semifinales de la Copa Davis ante EEUU en Madrid. Pero eso no fue un obstáculo para que su retorno a la arcilla se convirtiera en un paseo, aunque él fue más crítico con su juego. "David ha estado muy bien, yo no tanto", sorprendió con sus palabras, después de haber cedido solo tres juegos ante Tipsarevic.

En una hora y 36 minutos, Nadal se deshizo del tenista serbio. El número uno del mundo entró dispuesto a certificar la ventaja que acababa de dar Ferrer a España. "La victoria de David ha sido vital para la confianza del equipo", dijo. Tipsarevic no encajó bien la humillación y se quejó de la pista. "Parecía una playa. Es una de las peores pistas en las que he jugado". Sonó a excusa. Costa lo tenía claro. "Lo que pasa es que Nadal es muy bueno".