La selección española de balonmano tratará de sellar hoy (20.45) ante Croacia, por cuarta ocasión consecutiva, su billete para las semifinales de un Mundial, una cita a la que no falta desde que se colgó el bronce en el 2011 en Suecia.

Una regularidad de la que no puede presumir ni la todopoderosa Francia, que se quedó fuera de la lucha por las medallas en el Mundial disputado en 2013 en España; ni potencias de la talla de Dinamarca, vigente campeona olímpica, o Alemania, última campeona de Europa, que el domingo cayeron eliminadas en los octavos de final.

Para lograrlo, el conjunto español deberá recuperar ante los croatas la solidez defensiva de la que careció en octavos ante Brasil, en un duelo donde España encajó en la primera mitad un total de dieciocho goles, apenas cinco menos de los veintitrés que concedió de media por partido en los cinco encuentros de la primera fase.

«Tenemos que recuperar las sensaciones defensivas», recalcó el seleccionador español Jordi Ribera, que confía en que el susto vivido ante Brasil sirva de lección para el enfrentamiento de cuartos de final con los balcánicos.

Máxime ante la facilidad goleadora de un equipo como Croacia, que no sólo cuenta con reputados «cañoneros», como el lateral derecho Luka Stepancic, sino que bajo la dirección de Domagoj Duvnjak y Luka Cindric es capaz de conectar una y otra vez con sus extremos y pivotes.

Una de las principales preocupaciones de la defensa española será frenar el juego de Duvnjak y Cindric, dos centrales de características muy diferentes, más lanzador el primero y eléctrico en sus penetraciones el segundo, que dotan de un gran dinamismo a la ofensiva balcánica.

El problema se agudiza, al menos sobre el papel, con el habitual recurso del conjunto croata de atacar con siete jugadores de campo. Una táctica que ya causó muchos problemas a la selección de España ante Macedonia, y en la que tanto Cindric como especialmente Duvnjak se manejan a la perfección.

No obstante, los peligros de la selección croata, que hasta el momento sólo ha perdido un partido en el Mundial, ante Alemania por 28-21 en la primera fase, no se limitarán a su eficaz ofensiva, ya que España se las tendrá que ver con una de las defensas más sólidas en ataque.

La auténtica muralla humana que conforman en el eje de la zaga balcánica los gigantesco Jakov Gojun y Zeljko Musa, obligarán al conjunto español a buscar más que nunca el juego por los exteriores ante la imposibilidad de lanzar por encima de los fornidos defensores croatas.

La defensa croata que no podrá contar en esta ocasión con el apoyo bajo los palos del portero Filip Ivic, que sorprendentemente no jugó ya los octavos de final, tras ser sustituido por decisión técnica por el guardameta del Meshkov Brest bielorruso Ivan Pesic.

“Debemos darle mucha continuidad a nuestro juego de ataque”, advirtió el preparador español. Una tarea en la que volverán a tener un papel fundamental los centrales Raúl Entrerríos y, sobre todo, Daniel Sarmiento, bajo cuya dirección, España parece gozar de una mayor velocidad.

Una velocidad que no debe mermar, sin embargo, la precisión en los pases tanto a los extremos como al pivote, ya que como señaló el seleccionador español, Croacia no desaprovecha el más mínimo fallo del rival para desplegar su veloz juego de contraataque.

Una faceta del juego en la que destacan los extremos Zlatko Horvat y, sobre todo, Manuel Strlek, un auténtico esprinter, que no ha fallado ni uno solo de los contraataques que ha podido correr a lo largo del torneo.

Contragolpes que, sin embargo, ya no fueron tan numerosos en el encuentro de cuartos de final que los balcánicos disputaron ante Egipto, quizá fruto de los numerosos minutos que acumulan ya algunas de las piezas claves del equipo de Zeljko Babic.

Lo confirman la más de cuatro hora de juego que acumula el extremo Zlatko Horvat, casi el doble de tiempo disputado por los cuatro exteriores del equipo español, o las cuatro horas de Stpancic, casi una más que las que acumula Joan Cañellas.

El factor físico ya fue determinante en la victoria (33-29) que el equipo español logró el pasado año en las semifinales del Europeo de Polonia, el segundo de los dos triunfos consecutivos de los “Hispanos” sobre el conjunto balcánico, al que también arrebataron el bronce en el Europeo de Dinamarca 2014.

Una racha que los de Jordi Ribera intentarán prolongar mañana en L’Arena de Montpellier, donde el conjunto español buscará un triunfo que le permita pelear nuevamente por las medallas en un Mundial.