La selección española femenina de balonmano disputará, seis años después de colgarse la medalla de plata en el Europeo de Macedonia, su segunda final continental, tras imponerse ayer en semifinales por 18-19 a Montenegro, la vigente campeona, gracias a una nueva lección defensiva. En la final de mañana se enfrentará a Noruega, que se impuso a Suecia (29-25) en la otra semifinal.

Liderada por una majestuosa Silvia Navarro, que cerró el choque con un espectacular 50 por ciento de paradas tras atajar un total de 18 balones, la defensa sostuvo a un equipo español que coqueteó con el desastre en el segundo tiempo, tras una magnifica primera mitad.

Toda una lección defensiva, en la que España, a base de movilidad y coordinación, no solo consiguió entorpecer los lanzamientos de larga distancia, la principal arma de las montenegrinas, sino evitar, además, las conexiones con las jugadoras de segunda línea. Un trabajo en el que destacó Alexandrina Barbosa, anticipándose continuamente a las trayectorias de las cañoneras balcánicas.

Pero el acierto del conjunto español no se limitó tan solo a la defensa, ya que en ataque las 'guerreras' lucieron argumentos, que hasta ayer apenas habían mostrado en el torneo, como un efectivo juego con el pivote.

Ahora les espera en la final Noruega, su particular 'bestia negra' a la que tratará de doblegar al fin.