España cumplió con su primer objetivo y cerró la primera fase del Mundial de Catar como líder invicta del grupo A, tras vencer por 30-26 a la de Eslovenia, en un duelo en el que evidenció que llega en plenas condiciones a los octavos de final, en los que mañana se medirá con Túnez.

Lejos parecen haber quedado las dudas iniciales mostradas ante Bielorrusia y Brasil, o los apuros sufridos ante Catar, incluso, ha quedado despejada la sombra que suponía la ausencia del lesionado Arpad Sterbik, tras la sobresaliente actuación del portero Gonzalo Pérez de Vargas.

El equipo español volvió a dar un nuevo paso adelante en defensa con una exhibición de movilidad y constantes ayudas que minimizaron el juego de los talentosos eslovenos.

Una ecuación ganadora, defensa más portería, tal y como había predicho Cadenas, que sólo se vio ensombrecida por un elemento inesperado, la irrupción del cancerbero esloveno Primoz Prost, que cerró el primer tiempo con diez paradas.

Esa estadística explica las dificultades de España, que de nuevo volvió a explotar en ataque la calidad de sus extremos, para abrir definitivamente brecha en un marcador en el que siempre se mantuvo por delante, aunque con rentas nunca superiores a los tres tantos.