Impecable para la foto, pero inadecuado para el fútbol. El césped del estadio Rey Balduino, donde mañana jugarán Bélgica y España recuerda al de la inauguración de la Nueva Condomina cuando Maxi se rompió los ligamentos de una rodilla. Los jugadores belgas fueron los primeros en quejarse, pese a ganar 2-0 a Armenia el sábado. Ha sido renovado de forma precipitada tras un concierto y no ha arraigado. España no quiso pisarlo ayer.

La selección nacional aterrizó en Bruselas procedente de Tallin al grito de "a por ellos" coreado por una veintena de aficionados que se fotografiaron con los jugadores con banderas rojigualdas y un capote de torero. Dos seguidoras con una bandera de España con el toro en medio y un aficionado con un capote de torero, se retrataron con los jugadores, dando una nota de color entre el cansancio del viaje, que duró dos horas desde la capital de Estonia.