La selección no ha tenido demasiada suerte a lo largo de su historia cuando se ha enfrentado a anfitriones de los diversos torneos internacionales. De hecho, el equipo absoluto de España nunca ha conseguido vencer a un equipo local cuando éste era el organizador.

El cuadro de Iñaki Sáez tiene por delante otra prueba contra la historia, que tuvo su último y muy doloroso capítulo en Corea del Sur contra la selección asiática, ante la que cayó en Gwangju en los penaltis (5-3) en los cuartos de final del Mundial 2002 con un arbitraje más que polémico y criticado.