El equipo español paralímpico acusó en Atenas el cambio generacional, con un descenso en el número de medallas, aunque se mantiene entre las primeras potencias mundiales al concluir en la séptima posición del medallero paralímpico. La representación extremeña estuvo, además, a un notable nivel, con cinco medallas (tres del nadador Enrique Floriano, una de Noelia García y otra del atleta José María Pámpano).

Solo quedaron por encima de España los equipos de China, calificado como la bestia amarilla, que con sus 141 medallas amenaza el récord de preseas en los juegos de Pekín del 2008, Inglaterra, Canadá, Estados Unidos, Australia y Ucrania.

Las 71 preseas obtenidas por España en los XII Juegos Paralímpicos contrastan con las 107 de Sydney, en la edición anterior, y las 106 de Atlanta y las 107 de Barcelona´92. Tan solo la natación mantuvo el nivel de pasadas ediciones, ya que los 13 oros, 12 platas y 15 bronces contrarrestaron las 43 de Sydney.

La disciplina que acusó más el cambio fue el atletismo, que sufrió "un pinchazo" respecto a los juegos de Australia, según reconoció Miguel Sagarra, secretario general del Comité Paralímpico Español e Internacional.

Frente a las preseas obtenidas por los paralímpicos españoles en Sydney en deportes como esgrima (un oro y dos bronce), tenis de mesa (tres bronce), tiro con arco (una plata) y tiro olímpico (una plata), en Atenas 2004 se suplieron con metales en Boccia, con un oro, dos platas y dos bronce y ciclismo (en pista y combinada). La bajada de podios en atletismo, con 48 preseas en Sydney por los 11 de los juegos atenienses, tuvo en el judo una mejoría, ya que han pasado de dos metales (oro y bronce) a seis, con un oro (Carmen Herrera, en -70 kgs), tres platas y un bronce.

La nota más positiva estuvo en la natación, que volvió a ser el principal argumento de los paralímpicos españoles en la consecución de medallas, ya que aportaron más del cincuenta por ciento del total.