Los malos resultados obtenidos por el atletismo español, con sólo dos medallas, en los Mundiales de Helsinki que finalizaron el pasado domingo no constituyeron un hecho aislado en el panorama del atletismo europeo, que ha perdido fuerza. Potencias de hace pocos años, como Italia, Gran Bretaña, Polonia o la República Checa, se fueron con menos de cuatro medallas. Alemania apenas logró un oro, y sólo Francia, con 7 medallas, y Rusia, segunda en el medallero, con 20 (por 25 de EEUU), pudieron plantar cara a las superpotencias.

En medio de este panorama inquietante, los 10 miembros europeos que forman parte del Consejo Directivo de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), integrado por 28 personas, han acogido con interés la iniciativa española de promover un mayor número de competiciones europeas en detrimento de las de ámbito global. "Europa aporta el 80% del dinero del atletismo mundial. Es lógico, pues, que tenga algo que decir en todo esto, ¿no?", se pregunta José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo. El proyecto incitado por Odriozola contempla disputar los Campeonatos de Europa al aire libre cada dos años, en vez de los cuatro actuales, y devolver a los Mundiales su periodicidad de cuatro años, la que se mantuvo entre 1983 y 1991.

15 MEDALLAS EN MUNICH Los campeonatos continentales favorecen claramente los intereses del atletismo español, que brilla mucho más si puede evitar los enfrentamientos directos con africanos y estadounidenses. Contrastando con la mísera cosecha de Helsinki, España obtuvo 15 medallas y 28 puestos de finalista (8 primeros) en los últimos Europeos de Múnich-2002.

También es una cuestión de audiencias televisivas. "El espectáculo de los Europeos es mayor, porque hay mucha más igualdad y un mayor número de países con opciones de medalla", asegura Odriozola.