Los nervios y la ansiedad condenaron a la selección femenina de baloncesto en su debut en los Juegos frente a China, un equipo construido para pelear por el podio en casa y que mostró su potencial (64-67). Fue un jarro de agua fría para las actuales subcampeonas de Europa, que se mantienen en Pekín en un discreto segundo plano, amparadas por el protagonismo que acapara el equipo masculino, pero sin presión y dispuestas a dar la campanada.

"Es verdad que España no fue la que acostumbra, pero tenemos que quedarnos con lo positivo". Es la valoración del seleccionador, Evaristo Pérez. "Estuvimos a puntito de ganar. A nada que pulamos determinados detalles, que nos creamos que estamos dentro y que tenemos que salir a por todas desde el minuto uno, el equipo competirá en cada partido", aseguró.

Todo le salió al revés a la selección femenina, que solo dejó muestras de su espíritu combativo y de su capacidad de lucha. España cedió claramente en la lucha por los rebotes (35 por 48 de China), se mantuvo en unos porcentajes de acierto excesivamente bajos (39%) y abusó del triple (6 de 26) en un intento de limar rápidamente la diferencia de 13 puntos que muy pronto lograron atesorar las asiáticas.

Tampoco contó ayer la selección con su estrella Amaya Valdemoro, que acabó con cinco puntos por una lesión muscular. La mejor fue la mallorquina Alba Torrens (18 años y 1,95 de estatura), que logró 18 puntos.