La selección española cierra un esperanzador 2017, año que vuelve a ilusionar a todo un país con lograr algo grande en un Mundial, con dos amistosos de preparación, el primero hoy en una Rosaleda que se llenará ante Costa Rica (21.30 horas, Tele 5), selección clasificada también con brillantez y que desea repetir protagonismo.

Mientras que en la Roja lo deportivo camina por el sendero adecuado para volver a estar entre las selecciones candidatas a la gloria en la cita mundialista del 2018, fuera de los terrenos de juego no hay una concentración tranquila para Julen Lopetegui.

El seleccionador se ha convertido en un experto en capear polémicas sin que afecte a los resultados y conseguir que sus jugadores enfoquen solo lo deportivo. Con el tema político de trasfondo, el rechazo de gran parte de la afición a Piqué ya en un segundo plano, ahora llegó un nuevo debate nacional con la camiseta del próximo Mundial. España llega a Málaga con la única intención de silenciar todo con goles y buen fútbol.

Lo hizo en la fase de clasificación, firme en un grupo duro y mandando a Italia a la repesca con clara superioridad. Esa imagen la quiere extender ante Costa Rica, partido en el que está previsto que Lopetegui apueste por su equipo de gala a la espera de los regresos de Carvajal, a punto de recuperarse de una periocarditis, y Diego Costa, una vez ya pueda jugar desde enero con el Atlético.

Mientras tanto en sus demarcaciones se reivindican Odriozola, soplo de aire fresco en el fútbol español, y Morata, que agarra con fuerza el 9 con su rendimiento en el Chelsea. Dos jugadores pueden disputar en Málaga sus primeros minutos como internacionales absolutos. Son el portero Kepa, en el punto de mira de los grandes con su continuidad en el Athletic más en el aire que nunca; y Luis Alberto Moreno, el arte gaditano de un futbolista que lidera al Lazio italiano con su fútbol, resucitado de su momento más bajo el pasado curso hasta acariciar su sueño.

Con De Gea en portería y una defensa formada por Odriozola, Piqué, Sergio Ramos y Jordi Alba, todo indica a que Busquets escoltará a Thiago e Iniesta, con Isco, Silva y Morata en el tridente ofensivo. El encuentro será especial para Isco, profeta en su tierra y querido en La Rosaleda.