Los compañeros de Dani Jarque aparecieron por el aparcamiento del estadio a las 13.30. Todos vestidos con la ropa blanquiazul de paseo, salvo Moisés, uno de los mejores amigos de Dani en la plantilla, el jugador que entró en la habitación 506 del centro deportivo de Coverciano porque Jessica, la mujer del central, le había avisado por teléfono que algo le pasaba a Dani. Desde ese maldito sábado, Moi ha perdido alegría. "No es el mismo cuando habla por teléfono. Se le nota hundido", comenta un buen amigo del zaguero. Pero no es solo Moisés.

Todos los compañeros de Dani andan como despistados, serios, sin ganas de hablar, aún hundidos por el inesperado adiós del capitán de Cornellà. Se notó ayer en la capilla ardiente. La plantilla anda renqueante y hundida por la ausencia del central, del amigo, de una de los jugadores más humildes y sencillos del vestuario perico, el futbolista de la sonrisa serena. "Los jugadores están tocados y no sé qué medicina existe para curar esto. Espero y deseo que lo superen y empiecen a competir, pero la plantilla está muy afectada", certificó Daniel Sánchez Llibre, que convivió unas horas codo con codo con unos jugadores que seguían con enormes ojeras y los ojos enrojecidos de tanto llorar.

ANIMOS A CORO Iván de la Peña y Coro aguantaron todas las horas en la capilla ardiente, haciendo compañía a José Luis y Silvia, los padres del central, a Jessica, a Cristina, la hermana del capitán. Fue impresionante observar como Cristian Alvarez, el portero argentino, daba ánimos al delantero de Banyoles, el compañero de habitación de Dani, el amigo y confidente. Coro y De la Peña.

Allí, en la sala de los presidentes, los futbolistas fueron los grandes testigos del emocionado abrazo entre los presidentes del Espanyol y del Barça. Sánchez Llibre y Laporta abandonaron rancios piques para animarse ante el cruel adiós de Jarque. Los jugadores del Barça pidieron romper el protocolo para saludar a la familia. Pep Guardiola , el técnico culé, apoyó y animó al padre de Jarque. Iniesta se fue a abrazar a De la Peña.

Otro tanto hizo la embajada del Madrid. Raúl, el capitán blanco, acudió a besar a Silvia, la madre del central. Fueron instantes inolvidables, tremendamente afectuosos. Lágrimas. Emoción. También Fernando Hierro, hombre fuerte de la federación española de fútbol, rompió el protocolo y se acercó a la destrozada familia de Sant Boi. No podía ser de otra forma. Jarque siempre había dicho que su ídolo era el exjugador madridista.

´IMAGINE´ Pasaron 14.000 aficionados por la capilla ardiente entre las 14.00 y las 18.00 horas. Luego comenzó el acto religioso. El padre Salvador Solá despidió a Dani en una ceremonia religiosa e íntima que llegó a todos los corazones. Los amigos de Jarque se despidieron del nuevo ídolo de la afición perica entre notas de Imagine y el himno del Espanyol, interpretado por Pep Poblet. "Quien manda arriba quiere hacer un equipo galáctico y busca un central", despidió la ceremonia el padre Solá, de la parroquia del barrio donde Dani se crió de niño. Cristian, Coro, De la Peña, David, Iván Alonso, Rufete, Nené, Angel y Beranger levantaron a hombros por última vez a su capitán.