CROACIA 30: (15+15) Losert, Dzomba (7, 1p), Metlicic (1), Balic (2), Vori (6), Lackovic (4) y Kaleb (3). Después jugaron Sola, Zrnic, Dominikovic (1), Sprem (3), Goluza (1p), Vukovic (1) y Spoljaric (1)

ESPAÑA 22: (9+13) Barrufet, Garralda (1), Colón (2), Entrerríos (4), Hernández (1), Romero (3) y Juanín García (5). Después jugaron Hombrados, O,Callaghan, Belaustegui (3), Dujshebaev, Lozano (1), Uríos (2) y Ortega.

ARBITROS: Baum y Goralczyk (POL). Excluyeron por dos minutos al croata Goluza y los jugadores españoles Romero, Hernández, Colón y Mateo Garralda.

Alemania se ha interpuesto en el camino de la selección española de balonmano masculino hacia las medallas. El equipo de César Argilés, segundo del grupo A, se enfrentará con el tercero del B mañana martes en el cruce que marca el camino hacia el éxito o la decepción. Lo hará después de sufrir ayer su primera derrota en el torneo (30-22) ante Croacia, la campeona del mundo. Nadie se fue de la pista con la mirada hacia el suelo, pero España se llevó un buen palo de un rival tan brillante como efectivo. Los españoles no dieron la impresión de poder ganar el encuentro.

Veinte minutos de tanteo tuvo el partido con dos equipos que parecían jugar dejando pasar el tiempo sin más. Pero Croacia ya avisó con las sensacionales paradas de Losert que iba a cerrar su portería a cal y canto. España acabó la primera parte encajando un parcial de 5-0, con síntomas preocupantes de todo tipo: la defensa no era la de otros días y marcar un gol se había convertido en una empresa poco menos que imposible.

La selección no pudo jugar con velocidad y tampoco tuvo la decisión y el acierto en el tiro exterior para contrarrestarlo. En la segunda parte, el equipo dejó que corriera el reloj ante un rival que se lo pasaba en grande. "No era cuestión de partirnos los cuernos cuando poco había que hacer", dijo Barrufet.