Marta Domínguez se coronó finalmente como se merece. La veterana, tenaz y ejemplar atleta palentina ha tenido que esperar a los 33 años para culminar con un éxito contundente, indiscutible y aplastante su ya fenomenal trayectoria. Marta pudo por fin quitarse en la llegada su tradicional cinta rosa como campeona. Nada menos que campeona del mundo, y en una prueba que apenas hace un año y medio que cultiva. Los 3.000 metros obstáculos fue el marco de la épica hazaña.

Marta partía con la mejor marca mundial del año, los 9.09.39 minutos que había registrado en la reunión de Barcelona. Hizo honor a su condición de favorita, aunque delante tenía a la campeona vigente y plusmarquista mundial, la rusa Gulnara Galkina, única mujer que ha bajado de los 9 minutos en la prueba salpicada de obstáculos, barreras y minas envenenadas, como la famosa ría. Pero la palentina exhibió la valentía que la caracteriza, se pegó a la rusa, controló en todo momento la carrera y, en la última vuelta, ante el hundimiento de Galkina y el ataque de otra rusa, Yulia Zarudneva, y de la keniana Milca Chemos Cheywa, se envalentonó aún más y pegó el hachazo definitivo a la entrada de la recta.

LA SOMBRA DE PEKIN Solo quedaba un último obstáculo entre ella y la gloria. Entonces, y solo entonces, Marta pensó en la valla de la contrarrecta que en Pekín, en los pasados Juegos Olímpicos, truncó la carrera hacia su primera medalla olímpica, la asignatura pendiente que tendrá hasta Londres-2012. Pero, en un año y medio que lleva en la especialidad, Marta ya se ha hecho la dueña y, tras superar sin problemas el último escollo, esprintó en solitario.

La victoria de Marta Domínguez hizo justicia a una trayectoria inmaculada y, además, aportó una dosis de optimismo a una delegación española que está sufriendo duros reveses. El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, abrazaron a la campeona y respiraron aliviados porque la selección ya no se irá de vacio de las 12 edición de los Mundiales, cosa que se podía comenzar a sospechar tras las retiradas de la marcha (Paquillo Fernández y María Vasco no acabaron los 20 kilómetros) y el absoluto fracaso del 1.500, sin ningún español en la final de mañana. En los 11 Mundiales anteriores, la selección siempre había logrado al menos un puesto de podio. Hacía, sin embargo, 10 años en que nadie había subido a lo más alto. Los oros en Sevilla-99 de Abel Antón (maratón) y Niurka Montalvo (longitud) habían sido los últimos.

Marta, por su parte, culminó ayer un camino que la ha llevado a tocar casi todos los palos del mediofondo. En sus primeros Mundiales, en 1995, corrió los 1.500 metros. Luego cultivó los 5.000 n cuatro ediciones, con dos medallas de plata en el 2001 (Edmonton) y el 2003 (París). Además, la palentina, que cumplirá 34 años el 3 de noviembre, ha sido campeona de Europa de 5.000 metros, de 3.000 en pista cubierta y de cross.

"Ser campeona del mundo ha sido mi sueño desde niña, he podido disfrutar muchísimo de la carrera", aseguró.