La selección de Estados Unidos se proclamó campeona del mundo al vencer con enorme claridad a la República Checa por 89-69. Pese al gran apoyo del público, las norteamericanas impusieron su ley, con los puntos de Angel McCoughtry (18) y Diana Taurasi (16) como referencia. En la final también hubo presencia española, ya que uno de los tres árbitros fue Vicente Bultó.