Lejos de los cámaras de televisión y los flashs de los fotógrafos, la cacereña Esther Rodríguez Rojo lleva ya varios años entre lo más selecto de la gimnasia rítmica nacional. Sus victorias se suceden --lo último ha sido el bronce en aro en el Campeonato de la Juventud y el primer puesto en pelota y segunda posición en aro en el último campeonato nacional-- y los seleccionadores no le quitan ojo desde que tuvieron la oportunidad de ver lo que era capaz de hacer tras llevársela concentrada con la selección.

Presente en el Europeo del 2003 en Alemania con el equipo junior, también se ha paseado por torneos y campeonatos en Italia y Bélgica defiendo los colores españoles.

Con 16 años, Esther, estudiante de cuarto de ESO, vive la gimnasia de forma apasionada. "Diariamente entreno unas cuatro horas, y cuando he estado concentrada, hasta diez horas. Es un poco duro pero estoy dispuesta a sacrificarme. Yo lo llevo bien, es cuestión de organizarse, hay tiempo para todo. Nadie se aburre o se cansa de hacer una cosa que te gusta", afirma Esther convencida de que ese es el único camino para conseguir su sueño: disputar unos Juegos Olímpicos.

Patinaje o gimnasia

La madre de Esther se llama Marisa y es, quizás, una de las culpables de que ahora mismo esta gimnasta cacereña esté entre las mejores. "Mi madre quería desde pequeña que hiciera deporte y lo que me gustaba era la gimnasia rítmica y el patinaje artístico, y como no había posibilidad de hacer patinaje aquí, no me quedaba otra opción", añade. Una decisión, por descarte, que el tiempo ha demostrado afortunada.

Volcada en la gimnasia rítmica desde los seis años, una de las mayores satisfacciones de toda una década practicando este deporte, son las amigas que ha hecho, tanto en el club Antares como cuando va con la selección. Una de ellas es Cristina Pardo, que aunque es más pequeña que ella, es también otra de las gimnastas con más proyección de la región. "Me gustaría parecerme a Esther porque es muy buena, pero es muy difícil" dice mientras se aleja junto a Esther por la pista del Multiusos que, con una pelota en la mano, sólo piensa en qué dificultad incorporar a un aparato que dice "es mi preferido".