La octava etapa, de 181 kms, unirá las localidades de Saint Méen le Grand y Lorient. Perfil ondulado en las tres cuartas partes del recorrido y final apto para otra llegada masiva, siempre y cuando no cuaje alguna de las aventuras habituales en este Tour. En definitiva, la etapa es ideal para los sprinters, lo que supone una continuidad de la primera semana de la carrera, a la espera de la montaña.