El Real Madrid, que disfruta de un momento histórico con la conquista de dos Liga de Campeones consecutivas y la Liga, más un inicio de temporada en la que tiene a tiro ganar las dos Supercopas, recibe a un Barcelona que no se da por vencido tras el 1-3 de la ida y buscará la gesta (23.00 horas, Telecinco).

El fútbol es un estado de ánimo y en el presente el del madridismo está por las nubes y el del barcelonista tocado. Así se reflejó en la ida de la Supercopa de España, la oportunidad perfecta para despertar del golpe de perder a Neymar para el Barça, ante su eterno enemigo. El terreno de juego no engaña y la sensación de impotencia ante un rival de dulce, acabó reflejada en el marcador.

Pero no se fía Zinedine Zidane ni sus jugadores de un Barcelona herido en su moral y en reconstrucción. La consigna de vestuario es salir a ganar, a hurgar en la herida y conseguir el segundo título de un reto casi imposible, un sextete.

La baja de Cristiano Ronaldo es un quebradero menos de cabeza para Zidane a la hora de mantener a cuatro centrocampistas y un Isco instalado en la excelencia.

Se perfilan rotaciones de Zidane con la posible entrada de Nacho o Theo en defensa, el regreso de Modric en la medular tras cumplir sanción y la entrada de Asensio desde el primer minuto. El foco está puesto en el ataque. Bale y Benzema no han marcado ni un solo gol en toda la pretemporada y serán exigidos por su afición. La necesidad de marcar aumenta. Aunque la indignación con los arbitrajes provocará que más presión tenga el colegiado del encuentro, el murciano José María Sánchez Martínez, que recogerá las consecuencias de lo ocurrido en la ida.

El Barça visita el Bernabéu consciente de que solo una gesta le permitirá revalidar la Supercopa. El clásico del pasado domingo confirmó algo que el conjunto azulgrana ya sospechaba, que ahora mismo, el Real Madrid está un peldaño por encima, más aún tras la inesperada fuga de Neymar al PSG.

El club azulgrana trabaja a destajo para cubrir la baja del astro brasileño, pero de momento solo ha podido traerse a su compatriota Paulinho.

El guión parece a la medida de los de Zidane: el Barcelona tendrá que salir a atacar a tumba abierta. Ante la dificultad del reto, Ernesto Valverde, con la baja segura de Iniesta por problemas musculares, podría incluso dosificar a algunos titulares pensando en la Liga.