CSKA MOSCU (17+23+19+19): Holden (20), Brown (12), Granger (5), Dikudis (13), Andersen (10) -cinco inicial-, Monya (6), Papalukas (9), Muursepp (3), Savrasenko (-) y Panov (-).

TAU VITORIA (25+22+13+25): Calderón (13), Macijauskas (23), Hansen (3), Scola (10), David (11) -cinco inicial-, Vidal (4), Splitter (-), Prigioni (9), Gabini (7) y Betts (5).

ARBITROS: Tsanidis (GRE), Brazauskas (LTU) y Ankarali (TUR). Excluyeron por faltas personales a Luis Scola (m.24), Splitter (m.26) y Andrew Betts (m.36). Señalaron técnica al técnico del Tau Vitoria, Dusko Ivanovic, por hacer comentarios (m.10).

El Tau Vitoria, liderado de nuevo por un gran José Manuel Calderón, quemó una etapa más en su constante ascensión hacia la cima del baloncesto europeo con una clasificación histórica para la final de la Euroliga ante el CSKA Moscú ruso, el gran favorito, el anfitrión de la ronda decisiva, que cayó víctima de un grupo de valientes y de un entrenador, el serbio Dusko Ivanovic, que lo bordó siempre.

El Tau Vitoria desconoce la palabra miedo. Lo demostró en el Olympiysky Arena, del equipo llamado a la gloria en esta Euroliga, el mismo que saltó al parqué con el impresionante registro de 53 victorias y una sola derrota en toda la temporada. Ahora son dos las derrotas, un registro que sigue deslumbrando, pero el finalista es el Tau.

Siete tantos en racha del lituano Arvidas Macijauskas dibujaron un inesperado 5-10 a los tres minutos de juego. Aún era pronto para hacer cábalas, pero cuando el hispano-argentino Luis Scola subió el 7-17 al luminoso dos minutos después las cosas cambiaron de aspecto.

Por si había alguna duda al respecto, la renta vitoriana siguió en aumento (12-23 m.9) y eso que el árbitro griego Stavros Tsanidis sacaba de quicio al banquillo alavés. Ivanovic recibió una técnica por hacer comentarios desde la banda en las postrimerías del primer cuarto que resulta difícil justificar.

El Tau pasó página y se dedicó a jugar (17-25 m.10). La noche marchaba viento en popa y había que estar pendiente de la tormenta que el CSKA trataba de desatar. El ruso-estadounidense John Robert Holden la desencadenó en el segundo corte. Un parcial de 11-0 puso al conjunto ruso por delante (28-27 m.13).

RESISTENCIA El Tau soportó la embestida como un monolito. Ni pestañeó. Tan claro lo tenía que, a los tres minutos, mantenía el control del marcador (31-35) sin los titulares. Apretaron los vascos y el resultado se puso once de diferencia (40-51). Era demasiado. Los moscovitas aceleraron el paso, intensificaron la actividad defensiva y lograron equilibrar la balanza en el peor periodo español del choque (59-60 m.30).

La semifinal entraba, después de tres interesantísimas fases, en la batalla por la clasificación con los dos equipos en márgenes de vértigo. El Tau enseñaba heridas profundas. La cuarta personal de Scola (m.24) y del hispano-brasileño Tiago Splitter (m.26) daban qué pensar. Seis minutos antes de la bocina, Scola enfilaba el banco eliminado por personales.

La efectividad del CSKA y del Tau llegados a ese instante había descendido varios enteros. Ninguno de los dos parecía querer darse la puntilla. Se sucedían los fallos hasta que el quinteto vitoriano, con un excepcional villanovense llamado Calderón que nunca arrugó las muñecas, le pasó toda la presión al conjunto de Ivanovic: 62-70 (m.37).

Un triple estratosférico de Macijauskas abrió la senda de la final (64-73 m.38). A partir de ahí, a dejar pasar el tiempo.