FEMENINO CACERES: Carla do Nascimento (10), Jara Salgado (13), Rosó Buch (8), Kourtney Brown (20), Mireia Monleón (13) --cinco inicial-- Alejandra de la Fuente (15), Elena Yankova (12), Analía Casado (0), Verónica Sánchez (5).

ADBA AVILES: Anna Perán (2), Pamela Moral (14), Irene Solís (10), Gabriela Rodríguez (24), Débora Abreu (12) --cinco inicial-- Carlota Ruiz (0).

MARCADOR POR CUARTOS: 31-13, 52-21, 76-39 y 92-62.

ARBITROS: Caro y González. Sin eliminadas.

INCIDENCIAS: Decimotercera jornada del grupo A de la Liga Femenina 2.

El Femenino Cáceres consiguió ayer una abultada victoria frente al Adba de Avilés (97-62) en un partido que no tuvo más historia que la feroz superioridad extremeña ante un equipo que se ha ido desmembrando por sus problemas económicos. Son los mismos que amenazan al conjunto de Juan Pedro Buigas --aderezados por una división interna a nivel de club--, que sin embargo se olvidó de todo cuando había que hacer el trabajo.

El 31-13 del final del primer cuarto y el 52-21 del descanso lo explican todo. Hubo ocasión de repartir el protagonismo entre todas las jugadoras y hasta de gustarse . Todas brillaron a su manera dominando sin piedad las dos zonas, defendiendo y corriendo el contraataque.

Si consigue despejar los nubarrones --no deportivos-- que lo rondan, el Femenino Cáceres estará en la fase de ascenso a la máxima categoría por segunda vez en su historia. "Hablaremos de la fase en marzo. Hay experiencias que lo aconsejan", dijo Buigas al final del choque, aprovechando para reivindicar a sus jugadoras: "llevar once victorias al final de la primera vuelta es una pasada. Esta plantilla merece mucho respeto".

Casi más significativa que lo ocurrido sobre la pista fue el momento del final del encuentro. Las jugadoras fueron a la grada para abrazar a Quini Carrasco, el preparador físico recientemente despedido y que está en conflicto con el club. "Le vamos a echar de menos. Vivimos mucho de estar bien físicamente", reconoció el entrenador.