TURQUIA - 1: Volkan Demirel; Gokhan Gonul, Emre Asik, Balta, Ibrahim Uzulmez; Tuncay Sanli, Mehmet Aurelio, Emre Belozoglu, Arda Turan (Sahin, m.88); Nihat ( Karadeniz, m.77) y Senturk (Sarioglu, m.80).

ESPAÑA - 2: Casillas; Sergio Ramos, Marchena, Piqué, Capdevila; Silva (Busquets, m.74), Senna (Cazorla, m.67), Xabi Alonso, Xavi, Riera; y Fernando Torres (Güiza, m.85).

GOLES: 1-0, m.26: Senturk. 1-1, m.63: Xabi Alonso de penalti. 1-3, m.92: Riera.

ARBITRO: Michael Riley (ING). Amarillas a Uzulmez, Asik, Senturk y Emre (89) por Turquía, y a Xavi y Sergio Ramos por España.

La selección española se sobrepuso a Turquía y al ambiente infernal del Ali Sami Yen, donde casi selló el pasaporte al Mundial de Sudáfrica 2010 con una acción de pillo de Dani Güiza sobre la hora, que dio el triunfo y sirvió como agradecimiento a la confianza de Vicente Del Bosque.

Era el encuentro más complicado camino del Mundial 2010. La visita a todo un semifinalista de la Eurocopa, Turquía, que había preparado una encerrona en el Ali Sami Yen, estadio de reducidas dimensiones donde el aliento de los incondicionales pretendía frenar a la campeona de Europa. Un escenario que conocía bien el que acabó siendo el protagonista del partido: Güiza.

Inmerso en el peor momento de su vida. Atropellado por polémicas extradeportivas. En el centro de la polémica y con un bajo rendimiento en el Fenerbahce, Güiza cumplió su palabra. Salió a comerse el mundo en los cinco minutos que tuvo y tras inventar la victoria de España miró a Del Bosque. Gracias. Le quiso transmitir.

Por Turquía, un buen planteamiento. Un juego notable. No sirvió para frenar a la campeona de Europa en el Santiago Bernabéu. Terim tenía que apelar a algo más en busca de la proeza. Tocó el orgullo de un grupo de jugadores que salió a morder, pasado de revoluciones en numerosas acciones en las que se notó el pasaporte del colegiado, inglés, acostumbrado a mayor permisividad en el juego.

España estaba mentalizada para lo que le esperaba. Conocía la encerrona y salió espectante. Defendió los primeros minutos y se adueñó del balón, cuando Albert Riera avisó con una zurdazo colocado que sacó con una espectacular intervención Volkan Demirel (min.13).

Era Riera una de las novedades de Del Bosque en un regreso al pasado, en la recuperación del sistema del éxito, el que encontró Luis Aragonés en una noche decisiva en Dinamarca. Cinco centrocampistas y un solo delantero. Un sistema que sin Iniesta y Cesc no es lo mismo. En Turquía faltaban dos jugadores desequilibrantes. Dos referencias del fútbol europeo.

El ímpetu de la grada se frenó cuando España sacó su estilo. El toque calmó a las fieras y hasta las durmió por minutos. Se silenció el infierno. La línea adelantada turca retrocedió metros y las diabluras de Xavi y Silva entre líneas comenzaron a hacer daño.

El primer tiro a puerta de Turquía fue gol. Un centro desde el costado acabó en pies de Tuncay Sanli, que tocó lo justo el esférico ante la salida de Casillas para que Senturk marcase.

A REMONTAR Tocaba remontar, como ocurrió en otra de las salidas complicadas de la fase de clasificación en Bruselas ante Bélgica. Iba camino Del Bosque de tardar en reaccionar, como en el Bernabéu cuando le salvó un gol a balón a parado, pero España empató. Un remate de cabeza de Torres se estrelló en la mano de Uzulmez y Xabi Alonso de penalti y en Estambul no perdonó.

El empate fue un golpe que no encajó bien una Turquía obligada a ganar. A España le sobra confianza y fe en sus cualidades. Comenzó a llegar a la portería de Demirel pero Torres, alejado de su mejor versión, no pudo hacer gol en dos nuevas acciones.

Subieron los decibelios cuando saltó Güiza. Pocas veces un futbolista aprovechó tanto cinco minutos. Cuando las fuerzas flaqueaban luchó un balón en el costado derecho, que se llevó con la cabeza y regaló el gol a Riera. Héroe del partido que premia la paternal forma de dirigir de Vicente Del Bosque.