El serbio Janko Tipsarevic sometió a un durísimo castigo al suizo Roger Federer, que necesitó lo mejor de sí mismo, 39 saques directos y cuatro horas y 27 minutos de lucha para doblegar a su rival y alcanzar los octavos de final del Abierto de Australia.

Federer se impuso por 6-7 (5), 7-6 (1), 5-7, 6-1 y 10-8, pero estuvo tres veces a solo tres puntos de una derrota que hubiera abierto las posibilidades reales de Rafael Nadal de convertirse en nuevo número uno del mundo, si el de Manacor ganase luego el torneo una vez eliminado el suizo.

LUCHA HASTA EL FINAL El de Basilea sintió en sus carnes la sombra de la derrota ante Tipsarevic, un jugador que entrena ahora el español José Perlas, duro como el granito. Para Federer, que no cede un partido en el Abierto de Australia desde las semifinales del 2005 contra el ruso Marat Safin, hubiera sido muy duro caer. Su última derrota lejos de las semifinales de un grande data de la tercera ronda de Roland Garros en 2003.

Además del número uno en juego, el suizo se perdería una vez más la posibilidad de ganar los cuatro grandes en el mismo año y dejaría abierta la duda sobre su estado de forma.